CAPÍTULO 4

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Mi celular estuvo vibrando toda esa tarde. Namjoon y Yoongi estuvieron tratando de animarme por el incidente de los pantalones deportivos, pero los ignoré. Mi último mensaje para ellos fue: Considérenme muerta. Adiós.

Cuando mi padre volvió a casa del trabajo, me encontró de lleno en mi modo de autodesprecio: usando mi pijama, estaba viendo un reality show sobre mujeres jóvenes compitiendo por su propia tienda de cupcakes y estaba atracándome de comida chatarra, lanzas de curtido. Mi padre se quedó en la entrada y murmuró molesto:

—¿Tanta chatarra? ¿Justo ahora? Appa no hará cena para ti.

Él se quejó todo el camino hasta la cocina, donde obtuvo provisiones. Normalmente, ese era mi trabajo, pero hoy me permití el lujo dado mi terrible modo. Con mi larga lista de fracasos, tu creerías que la última sería solo una gota más en la cubeta. Y en el pasado, después de un par de horas, la inevitable urgencia de Kim Tae por distraerme: feria de ciencia, juego de futbol, etc. Pero yo solo no podía quitármelo de encima hoy. Y algo acerca del fracaso de Jungkook estaba enviándome dentro de una espiral de recuerdos seriamente vergonzoso.

Cha Eun Woo. Primer grado. Yo golpeé a mi primer amor platónico, Eun Woo, en la nuez durante la clase de tae kwon do y había sido tomado para el ER.

Mi mano se atascó dentro del tarro por otro bocado. Mi padre caminó por la sala y restregó su cabeza en mí.

—De acuerdo, ¿qué está pasando?

Normalmente esa pregunta conseguía una sonrisa tonta de mi parte.

—Nada. —Sonreí sin entusiasmo.

Suho. Cuarto grado. Me preguntó si quería ver sus libros especiales y le dije que no tenía permitido ver pornografía. Resultaron ser comics y él no sabía si quiera como los bebes eran hechos todavía. Fui un pervertido de cuarto grado.

—Esas son las lanzas de curtido especiales que conseguí en el mercado persiano. Dámelos a mí, son los favoritos de Appa.

—No. —Abracé el tarro más cerca y me volteé.

Baekhyung. Séptimo grado. Estábamos en un baile de Halloween y él se inclinó para darme mi primer beso, pero empecé a reír hasta que lloré.

—De acuerdo, para. Esto ya no es divertido. Appa tiene que ver el show y tú estás siendo muy molesto. —Mi padre frunció los labios.

—Grosero.

Se dejó caer a mi lado tan fuerte que reboté y un poco de vinagre se vertió en mí. Entonces él me arrebató el tarro.

—No cena para ambos, entonces. —Él tomó un poco antes de coger el control remoto.

—Vamos a ver algo más. —Nunca había estado dispuesto a sentarme a ver por completo un Kdrama y estaba de humor para algo más siniestro y miserable.

Mi papá me ignoró y hábilmente navegó por las opciones de la Smart-TV a las del internet y se lanzó al sitio de su K-drama. Él podía apenas usar el correo electrónico, pero podía llegar a ese sitio web incluso dormido. Intenté arrebatarle el control y me dio un golpe en la cabeza con él.

—¿Cuál es el asunto contigo? Trabajo todo el día, ¿qué hiciste tú, monstruo de los encurtidos? No, tú ves lo que Appa ve.

—No quiero. —Me masajeé la cabeza y lo miré iracundo.

Kai. Segundo grado, universidad. Le envié notas de admirador secreto por varias semanas, solo para descubrir que él sabía que era yo desde el principio, porque accidentalmente firmé la primera.

My kdrama style love story (кσσкν)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora