Mentiras

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Despertó perezosamente, sintiendo aquellos brazos que tan bien conocía alrededor de su cintura, junto a una tranquila respiración en su cuello que casi le daba cosquillas. Sonrió inconscientemente. Igual le agradaba amanecer a su lado, aunque jamás lo admitiría en voz alta.

Estiró su mano, con cuidado de no despertar al menor, hacia el velador de madera que se encontraba a un lado de la cama, alcanzando su teléfono. Logró ver entre su pereza que tenía unos cuantos mensajes de su mejor amigo y le hizo gracia que se preocupara así por él.

Eddieflen (7:26): Puta que estuvo bueno el carrete wom. Igual penca que te hayai enfermao' justo:(

(7:32): y el aweonao del Jaimemens tampoco vino, dijo que todavía estaba enojado con nosotrons por la weá del live!

(7:33): ojala que te mejorí luegons poh, y que al el barbón qlo se le pase luego el enojo. el colon wom!!!

(7:36): me voy a dormirs, toy pal ñaflen ya. Chaisen, Nico (;

Tecleó con rapidez -no por que estuviera apurado, simplemente ya había tomado el hábito de desplazar sus dedos con soltura sobre el teclado táctil- un mensaje de vuelta para el rubio, sin perder la calma que emanaba estar en aquella habitación.

Yo (10:48): Ya toy mejor

Gracias por preocuparteeeee~ si yo sabía que también me amabas Eddie!!!

(10:49): Y por lo del rojo ese, no te preocupí, demás paso a su casa un rato en la tarde a echarle la shoriá. dudo en todo caso que aún esté enojado xD Nunca tan weón, supongo :p

Le resultó algo irónica la situación, pero se limitó a soltar una risita ahogada. Puso la alarma a la una, para al menos no almorzar tan tarde, y depositó el aparato nuevamente donde estuvo en un principio. Pero no alcanzó, porque empezó a sonar con aquél característico sonido de aquella persona. Deseó no haber desvelado al otro chico, mientras desbloqueaba otra vez la pantalla de su móvil dibujando una N. Tres mensajes nuevos. Y su compañero se había despertado, prefiriendo quedarse como estaba, sin mover más que sus párpados.

Clau♡ (10:51): Holaa mi amor! ♥

(10:51): ¿Cómo durmió el hombre más hermoso del mundo?

(10:52): Ah, escuché que ayer hubo una fiesta D: espero que no hayas ido sin mi permiso >:c (mentira)

Estaba medio nervioso, siempre lo estaba en momentos como ese, cuando tenía que mentirle a su polola, porque bueno, se sentía una mierda de persona escondiéndole esas cosas. No era justo para ella. Pero ya había decidido seguir adelante hace rato, así que no pensaba echarse para atrás ahora.

Yo (10:54): No, linda preciosa♥ no jui! Me sentía mal de la guatita así que me quedé en mi casita con el Sushi haciéndome compañía~

Escuchó un leve murmullo que sonó a "el weón barsa" a su lado, pero lo ignoró, frunciendo el ceño.

Clau♡ (10:55): Tonces puedo ir a tu casita a pasar el rato, Nico? uwu

Yo (10:55): Nu, sorry:(

(10:56): quede con el Jaime hoy

Igual no le estaba mintiendo.

Clau♡ (10:56): buuuu!

(10:57): buenu, pasela bien entonces con su amigo comunista~

(10:57) dile que se consiga una polola luego oh xD ya pasó demasiado rato desde que terminó con la Gi! D:

Sintió un bufido a su espalda, y le hizo un poco de gracia.

—Weá mía si me demoro o no en encontrar polola —era más que obvio que se había enojado—. Sigue hablándole po', no te quedí mirando la pantalla como aweonao.

— Ah, chucha —gestionó, saliendo de su trance. La verdad es que le gustaba escucharlo hablar.

Yo (11:00): Se va a enojar si le digo eso xD ya, voy a seguir durmiendo mi amor~ después hablamos

Con eso, bloqueó nuevamente el celular y esta vez lo tiró sobre el mueble. Ya se había despertado Navarro, así que no le importaba ser sigiloso ahora.

Se acomodó para poder mirar de frente al otro, sonriéndole de medio lado.

—¿Te enojaste Jaimito? —preguntó sabiendo la respuesta, intentando sólo molestarlo un rato.

—Chupa el pico —sentenció girándose para darle la espalda y así mirar la mucho más interesante pared.

—No te enojí oh, no fue en mala —articuló mientras lo abrazaba—. Ya pasó como un año desde que terminaste con ella po', es obvio que pregunte algo.

—Insisto, es weá mía. Además... —Jaime se giró sólo un poco, a lo que el moreno se acostó en su pecho, sintiendo como su corazón latía normalmente— Sabís que te quie —de malas maneras Nicolás lo cortó, colocándole la mano en la boca, evitando que continuara esa oración.

—¿Qué weá habíamos dicho, Jaime culiao? Nada de "te quieros", ni... —de todas formas le dolió un poquito ver la tristeza en los ojos de su amigo. Porque a pesar de que Alfredo no soliese decir todo lo que pensaba, Holy había aprendido (luego de mucho tiempo) que reflejaba lo que sentía en su mirada.

—Ni "Te amos" —terminó el contrario, apartando su mirada de Gaule—. En todo caso esa weá la dijiste tú —resopló, cansado de todo. El más bajo sólo cerró los ojos, sin intenciones de responder nada. Sabía que el Elmo desde hacía un buen tiempo que estaba enamorado de él y, quizás, se había aprovechado de eso hasta llegar al punto en el que se encontraban ahora. Aparte, aún amaba a su polola, incluso habiéndole sido infiel incontables veces con el de rulos. O eso se repetía. No iba a aceptar tampoco que había impuesto esa regla más para si mismo que para el Jaime, porque si lo decía sentía que iba a ser realidad, que lo iba a amar. Y él no era maraco, claro que no—. Ya, pico, durmamos un rato más, estoy cagado de sueño y sé que vó' igual —sentenció, acariciando el cabello de ese chico tan hablador. Poco a poco ambos volvieron a dormir.

¿Y qué iba a cambiar si decía que le gustaba el Jaime? Sentía que nada, omitiendo perder a la Claudia. Dudaba que de un segundo a otro el dueño del Coshino cambiara su forma de ser con él. Sabía que eso era la máxima ternura que le iba a brindar en toda la vida. Y quizás era también esa la razón por la cual no dejaba de acostarse con él. Porque le gustaba que Navarro fuese cariñoso y que ese afecto fuese dirigido sólo a su persona. Pero no por eso iba a alterar nada. Tampoco era weón, y sabía igual que en algún momento alguien iba a cachar algo y que, de hecho, era él mismo el malo de la película.

Se abrazó entre sueños aún más al otro, sintiendo su aroma varonil. Le encantaban esos momentos.

Hasta ahora no había perdido nada, contrariamente sentía que lo había ganado todo. Nicolás estaba siendo egoísta, lo sabía y no se enorgullecía de ello. Aún así quería que todo siguiera igual por siempre.

Al menos hasta que el fuego terminara por incendiarlo.

Jugar con fuego. | JaiNico | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora