Adiós

1.2K 145 20
                                    


—Weón, no tengo todo el día para estar aquí po', mi casa queda a la remierda —se estaba comenzando a entristecer de a poco. Ni si quiera estaba enojado, sólo le dolía que su mejor amigo no tuviera el valor de contarle lo que sucedía.

Por su parte, Nicolás estaba estático, sudando frío. Sabía que no podía alargar más aquello, que tendría que decirle sí o sí. Pero algo lo salvó, una voz que pretendía rescatarlo de su miseria.

—Me gusta este maricón culiao —soltó, sin previo aviso, posicionando su mirada en Gaete y apuntando al moreno—. Y lo llamé pa' confesárselo po', pero no podía y se tuvo que quedar aquí hasta tarde, por eso no fuimos. En todo caso me rechazó —porque, ¿quién podría enamorarse de alguien como él? O, al menos, eso pensó—  Pero seguimos siendo amigos y la weá —Edgar lo miraba entre confuso y preocupado. ¿Qué weá esos cabros culiaos? Una parte de él no le terminaba de creer a Alfredo, pero la determinación con la que había dicho aquello lo había abrumado—.  Sorry por mentirte igual, no era en mala —¡Y ahora se estaba disculpando! ¡¿Quién era ese y qué le había hecho al Jaime?!

—¡Chucha! Puta, las cagué, sorry weón. No tenía que haber insistido tanto...

— Nah, no importa. Si igual te iba a contar en algún momento. 

Gaule estaba perplejo. Escuchaba las palabras del barbón pero no las creía, ¿qué pretendía? ¿Por qué estaba mintiendo así por él? En cualquier caso, supuso que sólo debía agradecerle más tarde. Creyó que tal vez eso le convenía al rojo también, porque quizás tampoco quería que supiese lo que hacían a escondidas.

—Bueno, me voy entonces po'. Si era eso lo que quería saber no más. Mañana si quieren nos juntamos a hacer alguna weá... o no sé. Puta, sorry de nuevo weón —se disculpó nuevamente el de rulos, dirigiendo su mirada a Navarro.

—Insisto, pico, da lo mismo. Ya fue ya —articuló, dejando ver una sonrisa—. Ya po, juntémonos mañana, ¿tipo cuatro? 

—Muy tempranaitions, mañana es lunes y el Manuel sale como a las seis recién... —Oh, había dicho lo último en voz alta. Mal hecho, EddieSick, mal hecho.

—¡El weón maricón conchetumadre! ¡Y eso que por un momento pensé que yo era maraco weón! Huy, si querí puro ver al Hielo vó', te sabí hasta sus horarios de trabajo po' culiao —a la risa del de colon irritable se unió la de Holy, quien no pudo evitarlo, logrando ver cómo Edgar se sonrojaba completamente.

—¡N-No weón! ¡Na' que ver! —ya no había nada que pudiera decir, por lo que lentamente comenzó a soltar carcajadas tontas también.  Le agradaba demasiado estar con ese par de idiotas. Pero una duda asaltó su cabeza, una que había olvidado cuestionar antes, y un impulso decidió que lo hiciera en aquel momento— ¿Y cuándo te vas, Jaime? —el semblante de los otros dos miembros del GOTH cambió rotundamente, mostrando uno serio en ambos casos.

—El miércoles —contestó, sin apuro, caminando para abrir la puerta.

—¿Ah? ¿A dónde? ¿Qué weá? —el mayor se sentía confuso, y lo hizo saber con el tono en el que había proferido aquello— Puta, si te vai' a ir a algún lado por lo menos avisa po' culiao. ¡Ahora no hay ni un video que subir mientras no estés!

—¿No le contaste, Jaime? ¿Me estai' webeando?—cuestionó Edgar, algo enfadado. Navarro se giró, mirándolos con cierto grado de indiferencia.

—No sé si voy a volver, Nico. Me ofrecieron un trabajo en programación de juegos en Argentina —observó cómo el semblante del más bajo de los tres se deformaba, demostrando frustración y tristeza.

—... ¿Qué clase de broma weona es ésta, Jaime? 

Entonces el silencio reinó en el lugar, acompañado de la ya existente tensión.

Jugar con fuego. | JaiNico | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora