Capitulo 04

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Estaba cansado, tenia hambre y lo que mas ansiaba era dormir un poco llegando a su departamento, llevaba solo cinco meses trabajando en ese bufete de abogados, entro por recomendación de un amigo, tenia que admitir que la paga era muy buena pero el tiempo libre que le dejaban era muy limitado y casi no tenía tiempo de ver a su ruidoso novio y siendo sincero ya lo extrañaba.

¿Qué estará haciendo ese idiota? Espero que el departamento se encuentre en orden de no ser que quiera dormir afuera como un estúpido perro.

Los pensamientos del pelinegro fueron interrumpidos al escuchar al escuchar el escandaloso llamado de su rubio novio.

-¡Yukiocchi! – un rubio varón de ojos color miel se encontraba gritando como poseso (según el pelinegro) llamando la atención de todos los transeúntes de la calle.

El pelinegro soltó un suspiro y trato contar hasta el diez mentalmente, necesitaba paciencia para aguantar a su escandaloso novio que había tenido el lindo gesto de pasar a buscarlo saliendo del trabajo.

Se conocieron de una manera algo extraña, según el pelinegro.

Kasamatsu había iniciado su ultimo grado en la universidad, lo que significaba que nuevos estudiantes ingresarían al instituto.

El profesor le había pedido el favor que le llevara unos papeles a la sala de maestros, caminaba de manera tranquila por los pasillos de la escuela cuando de repente sintió un tirón en su brazo provocando que casi tirara de golpe todos los papeles que se encontraba cargando.

La persona que lo sujeto del brazo lo voltio con algo de brusquedad para mirarse de frente, el pelinegro sintió un cosquilleo en su vientre al notar los destellantes ojos color miel y el cabello dorado y sedoso.

-Tu... ¡¿quieres ser mi novio?!-

El pelinegro se atraganto con su propia saliva ¿Qué diablos le pasaba a ese tipo?

-Ni siquiera sé quién diablos eres idiota-

El pelinegro se soltó con brusquedad del agarre del varón con cuidado de no tirar los papeles y se dio vuelta para seguir con lo que hacía.

-¡Espera! Se que es algo extraño, pero por alguna razón me atraes, creo que eres la persona con la que pasare el resto de mi vida. ¡lo siento en mis venas, mi amorcchi!-

El doncel paro en seco al escuchar el empalagoso y ridículo apodo, se dio la vuelta para encarar al escandaloso varón que tenía una sonrisa de idiota en su rostro.

-Escucha, mas te vale que te largues antes de que te mande a volar de una patada a la luna idiota-

-No me molestaría que esas preciosas piernas me tocaran, mi amorcchi.-

Eso fue suficiente para que el pelinegro se voltear con una vena resaltándole del cuello mas que encabronado para propinarle una patada en el estomago al varón que lo lanzo al piso.

-¡Escucha idiota, más te vale que te mantengas alejado de mi o llamare a la policía-

Se dio media vuelta recogiendo los papeles que cayeron al suelo para poderle propinar el golpe al rubio escandaloso y salió corriendo por lo pasillo.

¡Mi nombre es Kise Ryouta mi amorcchi!

El varón se levantó del piso respirando con algo de dificultar y grito su nombre al doncel antes de que desapareciera de su vista.

Después de eso le siguieron acosos constantes de parte del rubio, causando que kasamatsu aceptara una de las tantas citas que el rubio le imploraba, el pelinegro tenía que admitir que el varón era muy atento con él, incluso lo había protegido con su chaqueta un día de lluvia en el que olvido su sombrilla, al día siguiente recibió una llamada de Kise diciéndole que no asistiría a clases debido a que atrapo un resfriado, se sintió tan mal que la semana completa se la paso cuidando y mimando de vez en cuando del rubio hasta que se recuperara del resfriado.

El tiempo siguió pasando hasta que el pelinegro acepto por fin las insistentes citas del rubio dándose cuenta de que se encontraba completamente enamorado de ese rubio acosador.

-Pensé que te encontrarías en casa Kise- el pelinegro recibió gustoso el dulce beso que su novio le dio.

-¿Cómo te fue en el trabajo, cariño?- sujeto por la cintura al doncel y se encaminaron al auto del rubio.

-Estoy algo cansado y tengo hambre-

-En ese caso vamos a tu restaurante favorito a comer algo y regresemos a casa a descansar ¿Qué te parece? -

-Me parece perfecto- dijo mientras se acurrucaba en el asiento del copiloto.

-Me parece perfecto- dijo mientras se acurrucaba en el asiento del copiloto

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Mundo de Alfas, Omegas, Donceles y VaronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora