c.o

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—A ninguno.

     Llego a esa conclusión después de un minuto de pensarlo. No alzo la vista, porque temo que me odien. Quiero separarme de ambos, esa es la intención que mantengo en mi cabeza. La cosa es que no es la verdadera.

     Necesito empeorar la situación.

     Me sigo odiando.

     Pero es impulsivo.

     —Tienes que estar bromeando —habla JungKook, con sus ojos confusos—. Pero si es así...

     —No, no es así —dice YoonGi—. Se nota que no lo conoces, Jeon JungKook. TaeHyung, mírame a los ojos a mí y dime ahora que no sabes a quién elegir.

     Manipulo bien a las personas porque soy fácil de manipular. YoonGi no me cree porque nota en mis palabras y en mi forma de actuar un sentimiento intranquilo e inseguro. A la vez, JungKook hace lo posible por no presionarme.

     No puedo verle a los ojos y decirle que no sé a quién elegir.

     De cierta manera sé a quién elegir, inteligentemente sé quién merezco y me merece. Yo lo comprendo, comprendo la elección que mi cabeza quiere hacer. Mis pensamientos le gritan irrepetibles veces a mi corazón que tomen la decisión correcta, que elijan al que me hará bien y me tratará bien. Pero mi corazón es terco como una mula, no se deja mover por la inteligencia de mi mente y de esmera en mantener una imagen en mi cabeza.

     ¿Por qué tendemos a autodestruirnos? Los seres humanos somos inconscientes, algunos más que otros.

     JungKook toma mi mano una vez más, haciendo que me volteara a verlo. Esos ojos que casi siempre se muestran seguros, en cambio están cerrados a interpretación. Me acercó a él, aunque YoonGi volvió a tomarme de un brazo sin dejarme avanzar más. El pelinegro habló bajo para que solo yo le escuchara, a pesar de estar cerca del otro chico.

     —Piénsalo bien.

     —Me están presionando.

     —TaeHyung, esto que sientes es lo que siempre siento yo. Me mantengo ansioso y presionado, no sé qué hacer cuando tú actúas de esa manera. Me ahogan los celos, pero, ¿sabes qué? No tengo ningún derecho a sentirme así, porque no somos nada.

      Estoy cayendo muy bajo en este egocentrismo que me invade. Por primera vez, yo soy el centro. No de la universidad, sino del mundo, de su mundo.

     Ahora yo soy el Sol y JungKook mi tierra, YoonGi la Luna. Soy todo.

     Y ser todo es tan agotador que me siento aún más hundido en las dudas.

     —TaeHyung, solo dime qué quieres que haga. —Repite YoonGi, con una voz suplicante que jamás le he escuchado—. Dímelo y yo...

     Él no puede terminar. YoonGi se queda perplejo al igual que yo, a la vez que con los ojos repletos en lágrimas que me nehaba a soltar observo al pelinegro que se hinca impaciente a mi lado.

     Jeon JungKook y su alma de acero están arrodillados enfrente mío, dejando atrás su propia dignidad y suplicándome con los ojos, al mismo tiempo que deja caer las palmas en sus rodillas y suspira.

      —Por favor —pide entre lágrimas—. Por favor, elígeme a mí.

     Llora por mí.

     Jeon JungKook...

CRY FOR YOU » kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora