c.n

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Silencio. El silencio no es reconfortante cuando el corazón late a mil por hora, no es reconfortante cuando alguien está delante tuyo pidiéndote entre lágrimas que lo escojas.

     —JungKook, ponte... Ponte de pie —pido, tomándolo de los brazos.

     —¡No! Tú dijiste... Tú dijiste... Lo dijiste... Yo sé qué es lo que quieres, ¿por qué?

     Una vez Jeon JungKook cantó algo para mí. Una mañana después de mis lloriqueos, me abrazó mientras me decía que todo estaría bien. Cantaba al aire una canción extraña, una canción que jamás había escuchado pero que se quedó grabada en mi cabeza: "Es un riesgo amarte, te amo más que al aire que respiro. Sabía que íbamos a colisionar a esta velocidad, no me importó". Jeon JungKook es incluso más estúpido que yo.

     —Pero... —escuché a YoonGi hablar detrás mío.

     YoonGi mira anonadado al pelinegro. De pronto, contra todo pronóstico, sonríe. Eso me hace mirarlo con incredulidad, apresurándome para tomar de los brazos a JungKook e intentar ponerlo de pie. No puedo soportar más eso, no sé qué es lo que pensaba cuando deseé ver a alguien degradándose de forma tan humillante.

     No valgo la pena.

     Soy una escoria, una maldita escoria.

     —No eres tú —termina YoonGi diciendo—. No eres tú a quien quiere ver pidiéndole de rodillas, ¿verdad?

     Sigo sin creer que estoy viviendo eso en carne propia. YoonGi tiene una dignidad prolija, jamás lo he visto rogarle a nadie. Ni siquiera a mí. Sin embargo, cuando los ojos de JungKook chocan con los de él, puedo ver a aquel chico estirar sus brazos. En él no hay una sola señal de lágrimas, a diferencia de JungKook que llora desconsolado mirándome casi rogando piedad.

     YoonGi baja una rodilla, y después la otra. Cae en el suelo, bajando la cabeza sin mirarme. Veo sus manos temblar y después cerrarse en puños, probablemente soportando su enojo y ahogando todo el sentido del orgullo que posee. La escena me provoca dolor de estómago, de pronto siento pena, vergüenza, a mi alrededor todo da vueltas y el sentimiento de culpa por fin reluce.

     Estoy arrepentido por eso.

     No quiero a nadie de rodillas.

     No quiero hacer a nadie llorar.

     No quiero que rueguen.

     —Lo lamento —habla YoonGi en alto—. Lamento haberte dejado y lamento haber dicho que no eras suficiente para mí. Lamento todo lo que te hice pasar, y dejarte cuando más me necesitabas. Pero lo que más lamento es seguir buscándote aún cuando digo que no te quiero a mi lado, TaeHyung.

     Tengo un gran problema: sigo dando círculos alrededor de una sola persona. Soy una hormiga desorientada, me siento igual que un remolino interminable de aire que arrasa con todo en la vida de los demás.

     Quiero regresar con él. Y tenerlo siempre a mi lado. Necesito con toda seguridad saber que entre mis manos, YoonGi jamás se volverá a ir, necesito adueñarme de su amor.

     De su rostro no caen lágrimas, y lo único que noto es el arrepentimiento en sus ojos. La confianza que siempre emana, su aire de egocentrismo más grande que el mío.

     Min YoonGi es la opción de mi corazón. E incluso cuando no llora por mí, incluso cuando su rostro se mantiene casi tan perfecto como siempre... Dios... A pesar de eso, el simple hecho de verlo a mis pies... Me hace tan feliz que no lo puedo creer.

     Doy unos pasos hacia él, decidido y encaprichado con mi corazón... JungKook toma mi mano, me mira con sus ojos brillosos a cusa de las lágrimas cristalinas y saladas, que creí no me provocarían ningún sentimiento, y niega con su cabeza.

     —No, TaeHyung. Por favor.

     YoonGi se pone de pie, extendiendo su mano.

     Yo la tomo.

     Yo tengo un solo propósito, regresar con mi ex novio. Y ahora que regreso a los brazos de Min YoonGi... Creo que lo cumplí.

     Pero ese "creo" no logra detenerme, no en ese momento.

CRY FOR YOU » kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora