Vestido rojo.

18 3 1
                                    

Desde el primer día en que llegaste a mi vida, te vi hermosa.
Pasá el tiempo y así sigue siendo.
Ya ha pasado mucho tiempo desde aquella última vez que te vi.
Hasta ayer.
Tenias un hermoso vestido rojo que despertó en mi aquel inefable deseo de tenerte, trajo a mi mente aquellos momentos llenos de amor y lujuria que teníamos tu y yo.
Aquel vestido rojo ceñido a tu cuerpo.
Aquel vestido rojo que resaltaba tu figura.
Ese vestido fue el culpable de que mi mente, mi cuerpo y todo mi ser desearan tenerte de nuevo.
Puedo imaginar mis labios como dos salvajes caballos recorriendo tus valles y subiendo por tus pechos como si de unas colinas se tratase.
Mis manos acariciando con calma y ternura tu trasero como si yo fuese el alfarero que de entre el barro sacará su más importante obra cuidando cada detalle.
Ese vestido rojo que me hizo viajar en mi imaginación, que me lleno de pensamientos apasionados y trajo a mi mente el rico sabor de tus labios.
Esos labios gruesos con sabor a gloria.
Esa gloria de sentir tu piel.
Esa piel que fue tan mía.
Todo eso vino a mi mente gracias a ese vestido de ayer.
Tu vestido rojo, ese vestido ceñido a tu cuerpo, que me desperto el apetito de tenerte una vez más.
Ese apetito de acariciar con mis labios cada rincon de tu piel.
Este apetito de saciar las locas ganas de hacerte mi mujer.
Tus pechos, tus caderas, cada mínimo detalle de tu figura se resalta en ese vestido rojo que me llena de deseos por tu piel.
Ven y acércate a mi una vez más.
Ven y recordemos aquella tarde cuando por el amor, el deseó y la pasión nos dejamos llevar.

Jonathan Cordero.
12 de marzo 2021

Delirios de un poeta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora