El jardín real.

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Su mirada tierna como de un pequeño felino era tan llamativa que mis ojos de lobo salvaje se fijaron profundamente en ella.
Era radiante el brillo del sol en esos ojos tan enigmáticos con los colores de la aurora boreal, chispeantes, vivos y anhelantes de ser admirados como lo sublime de la belleza.
A la distancia yo solo vigilava sus pasos, ella danzaba entre las flores como una mariposa, agraciada y solitaria, pero sin perder tan siquiera un poco de felicidad. Su felicidad.
Las flores entonaban los cantos de la mañana bajo los aromas primaverales mientras que ella se paseaba por los jardines reales. Mis ojos saboreaban a la distancia la magia de su piel y mis manos anhelaban tan siquiera rozar por un segundo sus labios.
Salvaje, lobo solitario que soy. Hermosa gatita con ese pequeño sombrero para cubrirse del sol, las abejas vuelan entre las flores mirándote con envidia, tulipanes y rosas ríen para ti. Y yo te observo al pasear por los jardines reales, a la distancia, expectante del próximo paso que darás. Me mente da retóricas vueltas imaginando un encuentro, ¿como sera? ¿Que dire?
¿Tomaran con gracia tus ojos boreales los de este solitario lobo?
Gatita hermosa de llamativos ojos mañana desde la distancia te veré pasear en tu danza de mariposa entre el canto de las flores del jardín real.

Jonathan Cordero.
23 de marzo 2021

Poema creado para el ejercicio del Tema 2 y 3 del taller de “Aprendiendo Poesías con JPS" de @Juntos_Somos_Poesias.

Delirios de un poeta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora