Gen Asagiri siempre se había considerado a sí mismo como un hombre con grandes ambiciones y gustos refinados. Después de todo, era quizás el mago e ilusionista más famoso de todo Asia, un visitante regular de los estudios de televisión más prestigiosos del continente y vivía una vida que muchos deseaban; lo tenía todo.
Sin embargo, su fantástica vida fue efímera y fugaz, igual de veloz que aquel destello que cambió el destino de la humanidad.
Si alguien le hubiera dicho que iba a despertar 3000 años después en un mundo extraño y a la vez familiar, se habría reído sin parar durante días. Lo cierto era que la luz del día que asaltaba su vista y los restos de roca a su alrededor hacían imposible dudar sobre aquella situación.
¿Qué hubiera un hombre de casi 2 metros al frente, con la expresión más amenazante que había visto nunca?
Todo confirmaba que definitivamente Gen tenía problemas, estaba total y absolutamente jodido y podía apostar a que aquella bestia que tenía al frente lo sabía. El hecho de que estuviera desnudo y vulnerable no hacía más que empeorar su pésima situación.
Tsukasa, el primate más fuerte, campeón de artes marciales mixtas y uno de los seres más peligrosos del Japón moderno. ¿O era el Japón antiguo? Para Gen, aquel hombre no era más que otro bastardo arrogante y ególatra, un tirano en potencia obsesionado con destruir a todo adulto petrificado que encontrase en su camino.
La vida en el campamento de Tsukasa era vacía y carente de todo sentido; decenas de idiotas, con más músculo que cerebro, desfilaban por la roca dura que formaba su nuevo hogar, listos para seguir las alucinaciones de un demente. Sin cuestionar las órdenes o sin importar si su enemigo existía o no.
Como especie, la humanidad había dado un salto tecnológico inmenso y sin precedentes; aún más impresionante era el hecho de que en 300 años, el ser humano había avanzado más que en un millón de años. Una pequeña gota de agua en el océano sin límites que suponía la historia humana.
La cuestión siempre sería: ¿cómo podía sobrevivir alguien acostumbrado a las facilidades de la tecnología en un mundo indolente y carente de ella? La vida en grupo, de por sí, era dura. ¿Qué posibilidades tenía un solo hombre, por muy inteligente que fuese?
Taiju y Yuzuriha eran otro misterio para él. Uno que le generaba una intriga inquietante. Pues, si de verdad conocían al hombre más buscado del imperio, como sospechaba por la actitud desafiante pero disimulada que demostraban hacia Tsukasa y su política, ¿cómo era que aún permanecían con vida? ¿Qué les hacía tan importantes?
Quería saber más; su instinto le exigía saber más. Le habían encomendado investigar los alrededores del bosque donde había luchado su "adorado líder" con la extraña mujer rubia. Una misión suicida considerando que no había forma de saber a dónde iba y si, por alguna razón, se topara con un asentamiento; irrisorio, pues Gen estaba seguro de que Tsukasa y sus matones eran los últimos en la tierra.
Tendría que enfrentarse a una aldea de seres humanos mejor adaptados y más fuertes que el promedio. Para alguien con nulo entrenamiento de combate y cuya única habilidad era su persuasión, las posibilidades de morir eran altísimas.
Pero ¿qué era la vida sin riesgos? Si lo pensaba bien, seguramente era cien veces mejor enfrentarse a los peligros de una jungla desconocida que tener que soportar el hecho de que acabaría con la vida de personas inocentes.
20 de Agosto de 5739, 00:35.
Abrió los ojos intempestivamente; un destello de luz cegadora lo sacó de sus pensamientos. Gruñó fuertemente, observando a un sonriente Joe con una pequeña bombilla y un interruptor en la mano. La luna seguía alta en el cielo, indicando que aún era medianoche.
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Una Oportunidad Inesperada
FanfictionUn ligero desvío en el camino puede alterar las cosas de una manera inesperada. Mientras caminaba por el bosque, en su rutina diaria para despejar la mente, Senku Ishigami, tropieza con una roca de aspecto peculiar. Con un nuevo e inesperado aliad...