Una Oportunidad Inesperada

Capítulo VII: Subterfugio

Nota del Autor: 

Texto en cursiva/itálica: Flashbacks.

He vuelto, espero les guste leer el capítulo tanto como a mí el escribirlo.

———————— UNA OPORTUNIDAD INESPERADA ———————

23 de octubre de 5739

El último de los aldeanos salió de la sala de reuniones. El sol comenzaba a ponerse y poco a poco la aldea iba perdiendo toda actividad; había sido una larga jornada en la que se discutieron los preparativos para enfrentar el invierno. Aquello significaba que partidas de caza y pescadores habían sido designados para conseguir la comida necesaria, mientras que otros se encargarían de la importante tarea de reunir la suficiente madera para calentar la aldea en los duros meses que se aproximaban.

De tal manera, podía decirse que la labor de Kokuyo como líder de la aldea había terminado por aquel día, lo que significaba que era libre para dedicarse a sus asuntos personales. Quizás entrenar un poco o pasear por la aldea, una rutina que casi siempre cumplía a cabalidad. O al menos, hubiera sido así de no ser porque su fiel consejero y amigo Jasper aún seguía en el lugar, observando expectante como si buscara el permiso para hablar.

"Viejo amigo, las preparaciones para el torneo están casi listas, todo el vino ha sido reunido como ordenaste". Su consejero tomó aire para continuar con las malas noticias. "Solo hay un pequeño problema".

El líder de la aldea levantó la mano deteniendo a su amigo. "Lo sé, la salud de mi hija ha empeorado últimamente; incluso los remedios usuales ya no tienen ningún efecto en su condición". Caminó hacia la salida de la sala de reuniones, señalando con un gesto para que Jasper lo acompañase en su caminata diaria.

"A veces siento que soy muy viejo para esto, Jasper. Mi familia ha sido maldecida con el azote de esta aldea y si no fuera suficiente, tengo que hacerme a la idea de que muy seguramente tendré que enterrar a mi hija".

Su consejero lo miró con cierta compasión en sus ojos mientras le ponía una mano en el hombro. "Kokuyo, no sabemos exactamente cuánto tiempo pueda quedarle a Ruri. Lo único realmente cierto es que este torneo no puede fracasar. No podemos fallar a la tradición; tienes que hacer algo con Kohaku, no puede volver a interrumpir los combates".

Ambos se detuvieron en el puente de cuerda, sin cruzar, pero teniendo una vista completa de la cabaña de Chrome; el lugar donde los forasteros y su otra hija realizaban sus actividades. Endureciendo la mirada, Kokuyo giró la cabeza en dirección a su amigo. "Le prohibiré la entrada en el torneo; de ser necesario, combatiré contra ella para evitar que interrumpa. Soy consciente de lo mucho que esta aldea depende de Ruri; si ella muere antes de transmitir su conocimiento a la nueva generación, temo que podríamos estar frente a nuestra aniquilación".

Jasper asintió consciente de lo difícil que era para su líder pronunciar aquellas palabras. Algo de remordimiento en su interior, creyendo que estaba forzando la mano de un hombre plagado de problemas. Sintiendo que no había mucho más que decir acerca de la enfermedad de la sacerdotisa de la aldea, decidió cambiar el tema.

"¿Qué hay de los forasteros? Los dos hemos escuchado los rumores. Van a presentarse y participar en el torneo. ¿Deberíamos prohibirles la entrada?"

Kokuyo al principio no respondió, eligiendo girarse y regresar por el camino que ambos habían transitado, llegando al centro de la aldea, carraspeó. "¿De qué serviría prohibirles el participar? Sé que no son de fiar y aun así no han tomado por fuerza la aldea. Me pregunto ¿Qué es lo que realmente buscan?"