25 de octubre de 5739
Toda la aldea estaba reunida en la arena que se extendía a los pies de la cabaña del líder, el lugar en el cual durante generaciones se había llevado a cabo la más importante de las ceremonias de la aldea: la elección del siguiente líder y el día que marcaba la continuación de las 100 historias que habían sido contadas miles de años atrás.
La expectación era enorme, ya que nunca en la historia de la aldea había ocurrido un segundo torneo, y mucho menos uno en el que participaran personas que no fueran aldeanos. Además, los rumores corrían como el vino en una taberna y todos estaban deseosos de finalmente conocer a los forasteros de los que tanto habían oído hablar y, en muy pocos casos, habían logrado ver.
"Una de las chicas que fue a la cabaña de los forasteros me dijo que son dos hombres, incluso más grandes que Magma y con lanzas en vez de brazos."
"Yo oí que ambos escupen fuego y vienen del cielo, como en las historias de la señorita Ruri."
Los murmullos de los niños de la aldea podían oírse entre la multitud, alimentando los rumores con su desbordante imaginación. Por otro lado, los adultos estaban un poco más serios, conscientes de la gravedad que suponía la presencia de aquellos extraños hombres y lo que ya había sucedido en el anterior torneo.
Al pie de la cabaña, Koyuko y Jasper observaban impacientes, pero, al mismo tiempo, con tranquilidad, el puente que llevaba a la parte central de la aldea. La conversación que habían tenido con Kohaku había servido para mucho más que simplemente hacerle saber a su hija que no podría participar; también les había ayudado a entender las verdaderas intenciones del grupo y lograr la inscripción de los cinco luchadores del reino cientifico.
Aunque eso no significaba que les iba a dejar las cosas fáciles. Si querían tomar el poder de la aldea, iban a tener que luchar de manera justa por ella.
Y entonces, sucedió.
Con Senku a la cabeza, el reino científico fue entrando en la arena. Los aldeanos formaron inconscientemente una media luna para tener visión de todos sus miembros.
Tras Senku, entraron Kohaku, Joe y Chrome, seguidos a su vez por Gen, Suika y Kaseki. Un poco más separados, les siguieron los hermanos Ginro y Kinro, manteniendo la fachada y haciendo creer a todos que estaban vigilando al grupo.
La manera en que el reino científico se presentaba ante la aldea no era casualidad, ya que todo generaba en los aldeanos la ilusión de que los forasteros solo tenían de su lado a mujeres, niños y ancianos.
Aquello demostraba que no eran unos bárbaros sedientos de sangre que habían llegado para esclavizar el lugar, sino personas compasivas que jugarían bajo las reglas de la aldea. Un engaño muy bien elaborado por Gen para bajar la guardia de la aldea y asegurar una transición pacífica del poder cuando inevitablemente vencieran en el torneo.
"Hey, tranquilos. Si Gen puede salir a la calle usando magenta en la ropa, ustedes pueden soportar un par de miradas de curiosidad." murmuró Joe en voz baja, audible solo para los miembros del reino científico, notando que Chrome y Suika se encontraban sumamente nerviosos.
"Les aseguro que la mente de los aldeanos está más enfocada en tratar de comprender el mal gusto del idiota cabeza de domino",
Las palabras de Joe provocaron una risa contenida en el grupo, disipando el nerviosismo y logrando que incluso el usualmente estoico Kinro mostrara una pequeña sonrisa. Gen, con cierto aire de desafío esbozó una sonrisa irónica.
"Vaugh, usas una cuerda alrededor de la cabeza para evitar que las últimas dos neuronas se te escapen. En realidad, los aldeanos no dejan de vernos porque intentan descifrar qué clase de puto simio eres."
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Una Oportunidad Inesperada
FanfictionUn ligero desvío en el camino puede alterar las cosas de una manera inesperada. Mientras caminaba por el bosque, en su rutina diaria para despejar la mente, Senku Ishigami, tropieza con una roca de aspecto peculiar. Con un nuevo e inesperado aliad...