Una mujer misteriosa

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Se corre el telón

Ante nuestros ojos aparece en escena la sala principal en todo su esplendor, al fondo de ella se puede apreciar un imponente estrado de Roble con sus bordes tallados a mano, dónde finos artesanos lograron realzar la belleza de la noble madera.

Por detrás del mismo está ubicado un sillón de color rojo y más al fondo cortinas azules que cubren la pared de lado a lado.

Por una de las puertas laterales a comenzado a salir un grupo de personas que lentamente van acomodándose en un pequeño palco, formado por dos filas de asientos.

Sin dudas este será el lugar reservado para los doce integrantes del jurado, el cual estará compuesto por comerciantes o individuos con alguna profesión de relevancia.
Porqué cuando los casos son de relevante importancia, así lo exige la ley y sin lugar a dudas éste se trata de uno de ellos.

El círculo central donde se mueven los abogados está separado de las primeras sillas por una barandilla.

Las gradas se dividen en dos, formando un largó corredor que va desde el patio central hasta el policía que custodia la puerta de entrada.

Al mirar del lado izquierdo de ese pasillo, vemos sentados en la última fila a varios integrantes de una conocida banda de Rock, llamada algo así como" Piedras que ruedan" con su inefable líder resaltando entre ellos conocido como él Bocón.

Algunos asientos más abajo, otro grupo musical también se a hecho presente en la sala, se trata de los famosos Escarabajos.

Debemos aclarar que uno de sus integrantes es el acusado, por lo tanto no se allá entre ellos.

El Feo a llegado de forma solitaria, sin  nadie que lo acompañe, tres o cuatro asientos más abajo, podemos ver terminando de acomodarse en su lugar al conocido Guitarrista de la banda, muy bien acompañado por una hermosa rubia.

Por último unos minutos después se hace presente el líder de la banda.

El cual parece estar bastante distendido, charlando con una mujer japonesa que esta sentada junto a él.
Se puede apreciar que nuestro inconfundible John, se a quitado el disfraz, ya no es el hombre del ukelele que actuará en el viejo teatro.

Del mismo lado de las gradas, cerca de la puerta de salida, con su impecable uniforme de gala, resalta la figura de un joven teniente de la marina real; escoltado por un par de marineros.

A mitad de la platea en un sector poco iluminado se halla un grupo de extraños personajes.

Con caras de sorpresa, algunas personas que están cerca de ellos no pueden evitar observarlos con mucha curiosidad.

Sobré todo a la mujer de mirada misteriosa, de la que su cuerpo parece estar irradiando una extraña luz.

Aquella señora lleva puesto un chal sobre los hombros y el cabello recogido en un simple moño, el que pareciera hacerle resaltar aun más, su pálido semblante.

Dos adolescentes que están sentadas a un lado de la extraña dama, parecen estar muy enfermas, es probable que la causa de ello, pueda deberse a que las ropas de las chicas, de forma muy curiosa están totalmente mojadas.

Sobre el final de esa misma fila un joven de unos 25 años, permanece sentado manteniéndose con dificultad de forma erguida, su aspecto se parece el de un exsoldado que aún conserva el porté militar.

Aquél muchacho lleva puesta una chaqueta roja, de la cuál puede apreciarse con claridad que le fueron arrancadas las insignias que estaban cosidas en el cuello.

En su lugar solo ha quedado alguna punta deshilachada de las costuras.

Además en los broches de la casaca, faltan un par de botones dorados y como dato curioso a la altura del pecho tiene seis agujeros provocados por impactos de bala, todos ellos rodeados por pequeñas manchas de color púrpura,

Los fantasmas de Penny LaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora