Efecto dominó

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Lunes por la mañana el juez ya se a hecho presente en la sala y rápidamente se acomoda en el gran sillón.

Todos los presentes vuelven a tomar sus lugares para escucharlo decir, el fiscal tiene la palabra para el llamado del próximo testigo.

El abogado que representa a las Islas se pone de pie y dice con voz grave, se solicita en el estrado la presencia del Fusilado.

Al escuchar el llamado, un joven de unos veinticinco años se ha puesto de pie, estaba sentado en la última fila muy cerca del corredor, rodeado de aquellos extraños personajes.

Lentamente comienza a caminar hacia el lugar, donde se encuentra esperando de pie el alguacil.

Quien no puede salir de su asombro tras darse cuenta, que el joven está descalzo.

A muchos de los presentes les resulta familiar la forma en que esta vestido.
Lleva puesta en muy malas condiciones una  chaqueta roja de corte militar, a la que le fueron quitadas las insignias de los hombros y el cuello.

Los botones dorados de la casaca están desabrochados, la camisa blanca que lleva debajo, tiene varios agujeros de bala y una gran mancha de sangre a la altura del pecho.

El muchacho está tan pálido que parece un cadáver, al llegar cerca de donde está parado el oficial no reacciona a nada, en su mirada hay mucho desconcierto.

Parece estar totalmente desorientado, como preguntándose ¿ dónde diablos estoy?.

Después de jurar sobre la biblia es ayudado a subir los dos escalones de la pequeña plataforma, donde finalmente toma asiento.                         

---El fiscal lo observa con mucha curiosidad, para luego preguntarle---.

?Puede decirnos su nombre y cual es su trabajo?.    

--- Del otro lado de la línea me dicen el fusilado, responde el muchacho con un poco de angustia en su voz, ya no tengo profesión, soy un exsoldado de elite.

Poco después de haber sido sometido a una corte marcial, en la que me hallaron culpable de todos los cargos, fui degradado y sentenciado a muerte.                

Mi descargo frente a la corte Marcial, no fueron satisfactorios, no tenía las pruebas de como probar mi inocencia.
Y fui ejecutado frente a un pelotón de fusilamiento.

A mi madre le dijeron que caí abatido en una misión secreta en el extranjero, le entregaron una medalla al mérito, una bandera y una pobre pensión.

Lo irónico de todo esto es que fui enterrado con los honores de un héroe y fusilado como un vil traidor.  

---¿Puede por favor ser más específico y decirnos realmente de que fue acusado?, pregunta el fiscal parándose frente al testigo.

---Aunque para muchos pueda ser  difícil de creer, responde el Fusilado, fui sentenciado a muerte por haberme quedado dormido en una guardia.

En la que tenía que custodiar a una chica, desde uno de los pasillos que conducían a su habitación.

Según la corte mis actos fueron calificados de alta traición, por permitir que la chica se fugara por algunas horas.

Los fantasmas de Penny LaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora