MI SUSCRIPTOR DE ONLYFANS | CHRIS EVANS

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Anoche me quedé esperando tus fotos.
                                                        9:34 a.m.

Ruedo los ojos frustrada, sintiendo el estrés que se acumula dentro de mí.

Ahora me doy cuenta de que he sido descuidada y he dejado que mi vida social tome la delantera sobre mis responsabilidades académicas. Me maldigo a mí misma por no haber establecido un equilibrio adecuado.

En unos pocos minutos, tengo un examen crucial que cubre cuatro temas importantes, y me doy cuenta de que no estoy preparada en absoluto. Lamento amargamente haberme permitido distracciones y momentos de diversión cuando debería haber estado estudiando y preparándome para esta importante prueba académica.

El pensamiento de mi padre se cruza por mi mente, condenándome por haber malgastado mi tiempo en lugar de centrarme en mis estudios. Sé que él tiene altas expectativas de mí y considera mi educación como una prioridad máxima. Si se entera de mi falta de preparación para este examen, seguramente se decepcionará y, en el peor de los casos, puede que incluso sufra un infarto debido a la preocupación que le causaré.

Pero lo que realmente me aterra es que descubra que no tengo un trabajo como niñera. Mis padres han hecho enormes sacrificios para brindarme la oportunidad de estudiar aquí, en Boston, y me han apoyado financieramente con mucho esfuerzo. Han confiado en mí y en mi capacidad para manejar mis responsabilidades y trabajar para ayudar con los gastos. Si se enteran de que he estado engañándolos y mintiéndoles sobre mi empleo, sé que la decepción y el enojo serán aún mayores.

— ¿Estudiaste?—pregunta Mad, llegando a mi lado.

Mi mirada se desvió hacia Madison Beer, una de mis compañeras más cercanas. Su cabello oscuro y brillante caía en cascada sobre sus hombros, enmarcando su rostro perfectamente esculpido. Sus ojos color avellana brillaban con una mezcla de dulzura y determinación, y su sonrisa radiante iluminaba cualquiera habitación.

—Sí. —miento, guardando mis apuntes. — ¿Y tú?

—No seas mentirosa, Miller. —salto en mi lugar cuando veo quien está detrás mío. —Yo admito que no estudie, el domingo amanecí con un gran dolor de cabeza que no soportaba. —dice Ruslana, haciendo una mueca de fastidio.

—No fuiste la única. —comenta Mad, haciendo una mueca recordando su fin de semana.

Rus bufa, se coloca un mechón de cabello castaño detrás de la oreja. — Mis padres me matarán si repito el semestre.

Suelto un sonoro suspiro, sin dejar de verla. —Imagínate a mí.

Mad hace una mueca de fastidio— ¡Pero, disfrutamos, eh!—dice moviendo sus cejas de arriba a abajo. —Podemos ir nuevamente el sábado.

Solté una leve carcajada al escuchar las palabras de Mad. Ella nunca perdía el tiempo y siempre encontraba la manera de conseguir que otras personas pagaran nuestras cuentas. Mad era muy conocida, pero sinceramente no tenía ni idea de en qué trabajaban sus padres. Aun así, su habilidad para hacer conexiones nos había permitido hacer amistades en esta ciudad. Al igual que yo, Ruslana tampoco era de Toronto, lo que nos unía de alguna manera. Agradecía el apoyo y la influencia de Mad, ya que gracias a ella, no me sentía tan fuera de lugar en este lugar desconocido.

Rus interviene poniéndose sus lentes de lectura. —Niña, ponte a estudiar.

—Gracias por tu recomendación, pero ahí viene nuestro profesor. —susurra Madison, con una mueca de fastidio.

— ¡Buenos días chicos!—dice el profesor Williams, con varias carpetas en sus manos. — ¿Estudiaron?

—Sí. —dicen al mismo tiempo varias compañeras.

Nos miramos mutuamente, con esa mirada cargada de nostalgia y deseo de volver atrás, a aquel sábado en el que bailamos y bebimos tequila sin preocupaciones. Pero lamentablemente, no podemos.

Abre la puerta del salón. —Daré cinco minutos para que repasen.

Nos adentramos en el salón y nos sentamos en la cuarta fila. Sacamos nuestros apuntes y comencé a repasar todo lo que habíamos aprendido. Me sentía un poco nerviosa, pero confiaba en que estaría preparada para el examen.

Sin embargo, nuestra preparación se vio interrumpida cuando el profesor nos pidió guardar todo. Miré a las chicas a mí alrededor y noté que también estaban un poco sorprendidas por la solicitud. Guardé mis apuntes con cierta resignación, esperando que lo que habíamos repasado fuera suficiente.

Pasó poco tiempo y el profesor nos entregó unas hojas con las preguntas del examen. Mientras leía las preguntas, mi memoria pareció despertar. Coincidían con la explicación del profesor y poco a poco las respuestas empezaron a surgir en mi mente. Comencé a escribir, confiando en mi memoria y tratando de plasmar todas las respuestas adecuadas.

Minutos después, salí del salón con una sonrisa en mi rostro. No había estudiado nada, pero me había defendido bastante bien.

Camino decidida hasta llegar a la parada del autobús. El departamento que mis padres me alquilan no está tan lejos, pero hoy simplemente no tengo ganas de caminar. Además, tengo que tomarme fotos para mi suscriptor fiel.

Hablando de mi suscriptor, he recibido muchos mensajes obscenos de su parte. Es extraño que un completo desconocido esté dispuesto a pagar tanto por fotos exclusivas. Al principio me negué, pero insistió tanto que no me quedó otra opción que ceder, siempre y cuando me asegurara de que no compartiera ni publicara esas fotos. Y con sorpresa, aceptó sin quejarse.

La verdad, espero que cumpla su palabra. El dinero que recibo me ayuda a no depender tanto de mis padres para la despensa o el alquiler, e incluso puedo ayudarles con los útiles que necesite. Sin embargo, tengo miedo de que alguien me reconozca o de que publiquen alguna de esas fotos en las redes sociales.

¡Mis padres me matarían si se enteraran! Y ni quiero imaginar qué pensarían mis compañeros de clase o mis familiares.

No quiero ni pensar en eso.

Me coloco en la fila de espera y de reojo veo a Neels subirse a un auto. ¡Ay, Neels es tan apuesto! Su sonrisa me derrite y sus ojos son hermosos y cautivadores. Pero sé que nunca se fijaría en mí. Es bastante evidente que está enamorado de Madison. Pero a Madison le interesa alguien más, para ser exacta, Jack Gilinsky.

El autobús llega y subo, dejando de lado mis pensamientos sobre Neels, Madison y Jack.