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Anne se metió en un mundo de inseguridades y complejos, más de los que ya tenía encima.

Creía que no era merecedora de tener personas a su lado si de amistades hablaba.

Pero tenía a su familia y aunque no fuera la mejor, estaba completamente conforme con ello, de vez en cuando reía, platicaba y contaba cosas con euforia y emoción.

Había un detalle, eso no significaba que estuviera del todo bien, para un niño... ¿Cuál sería una fachada ideal para ocultar tristezas?

Era más que obvio, las risas.

Reía a todas horas, en todo momento, sus pensamientos creaban situaciones que le alegraban e incluso llegaban a atormentar varias veces pero su nueva arma letal era la risa, una, dos, millones de veces la usó como escape, a pesar de recibir múltiples críticas tales como:

¿Estás bien? ¿De qué tanto ríes? ¿Acaso estás loca?

No le importaba, eran ella y las escenas en su cabeza.

Pero tiempo después, encontró otra salida... La Música.

Cada melodía, cada letra, las emociones que salían de ella sin que pudiese controlarlo, lágrimas mojaban sus mejillas al sentir una mezcla de emociones juntas.

Los mensajes que venían de ellas, hacían que de algún modo se sintiera bien, no entendía cómo, no entendía el por qué...pero era mucho mejor que cualquier cosa, sentirse especial a su manera.

Al ponerse los auriculares, bloqueaba todo a su alrededor basándose en la tranquilidad que le daban las canciones.

Entendió que el amor propio es como una plantita.

Uno mismo tiene que hablarse bonito, regarse con palabras positivas y tener cuidados.

Claro que lo hacía, o al menos lo intentaba.

Pero al estar frente al espejo, le salía contraproducente, porque se venía abajo y todo el proceso se ponía en pausa mientras ella trataba de encontrar algo que le gustara de ella misma... Pero no había nada.

Ni su cabello que era esponjado igual que la melena de un león, su piel blanca pero no tanta para ser pálida en su totalidad, sus grandes ojos marrón oscuro que son tan expresivos....

Anne no era capaz de ver sus pequeños encantos a causa de que las críticas de otros resonaban en su cabeza una y otra vez como si fueran discos rayados.

Sabía que sería difícil, sabía que iba a costarle mucho para lograr tener un mínimo gramo de amor por ella misma, pero se prometió que lo haría...lo haría a como diera lugar hasta poder tener un buen avance.

El Pensar De AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora