I Won't Mind ||Larry||

Prólogo

Harry y Trevor han estado en una relación de dos, casi tres años y todo para ellos iba bien. Ambos estaban enamorados, se querían y eso iba de maravilla.

O eso es lo que Trevor quería que Harry piense porque él lo veía como alguien a quien podía tener solamente por una noche y ya, era paciente así que esperaría todo el tiempo que sea necesario para cumplir su meta.

Mientras que Harry pensaba que era el Alfa indicado para él, con quien formaría una familia y un hogar.

Habían rumores de que Trevor le pediría matrimonio pronto y esos rumores llegaron a los oídos de Harry, se emocionó muchísimo por supuesto.

Los meses pasaron y llegó el día en el que cumplían tres años de relación, Trevor decidió que ese sería el momento indicado para decirle a su novio sobre el tener relaciones, pero Harry pensaba que le pediría algo mucho más importante en una relación ya consolidada.

Entonces, Harry se arregla con una sonrisa brillante en su rostro, con los ánimos hasta el cielo pensando que sería el inicio de una nueva vida junto con su novio, con quien creía que tenía toda una vida. Trevor lo recoge y van hasta el restaurante donde tenían reservación, era su restaurante favorito. Le regala un ramo de flores, un par de besos en lo que esperan su orden. Actuando como una pareja de enamorados ante los ojos de las demás personas.

Llega su cena y es ahí cuando todo va de mal en peor.

Harry nota a Trevor un tanto nervioso, pensando que se le propondría en cualquier momento. Intentando esconder sus nervios y manteniendo sus ilusiones en lo alto.

—Harry— comienza, aclarándose la garganta y tocando el cuello de su camisa  como un claro ejemplo de nerviosismo.

—¿Sí?— responde intentando no hacer notar su emoción, sus ojos esmeralda adoptando un brillo y mostrando curiosidad a los ojos ajenos.

—Yo...quiero... más bien si quieres no sé— antes de terminar su oración agarra su copa de vino y se la termina en dos sorbos—. Me he estado preguntando últimamente algo y me gustaría saber tu opinión.

Harry asintió esperando la pregunta.

—¿Te gustaría pasar mi celo conmigo?

Por supuesto que todo rastro de felicidad se esfumaron del rostro del rizado y sus ilusiones fueron pisoteadas en segundos. Debía decir algo pronto, pero todavía estaba sorprendido o más bien decepcionado y no sabía que decir.

—Wow, quiero decir no esperaba esa pregunta tan de repente— comenzó, mirando la servilleta que parecía ser más interesante en ese momento—No lo sé, yo no me siento listo todavía.

Y esa fue la gota que colmó el vaso. Trevor sacó a relucir su verdadero carácter, uno bastante impulsivo, dió un golpe en la mesa asustando a Harry y llamando la atención de todos.

—¿Por qué no?— dijo con el ceño fruncido.

Harry entrecerró sus ojos para que la sorpresa no se hiciera tan evidente y a pesar de sentirse perdido mantuvo la calma y pensó en su respuesta.

—Porque no, te dije que no me siento listo para dar ese paso en nuestra relación.— aclaró con paciencia—Ese debería ser un motivo suficiente, Trevor.

—Entonces... entonces tú y yo no tenemos nada más que hacer juntos.

Harry levantó la cabeza y abrió sus ojos mirando a Trevor perder los estribos.

—¡No puedo creer que desperdicie tres años de mi vida contigo! ¡Esa es la única razón por la que tú y yo estamos juntos! No puedo creerlo, esto es el colmo me sacrifique tres años por NADA— vociferaba a diestra y siniestra llamando la atención de algunos comensales.