Primavera había llegado nuevamente pintando los colores característicos de la época y trayendo consigo buenas noticias y la alegría de verla llegar una vez más. Nuevamente se podía sentir el agradable aroma de las flores y de aquellos colores que enamoraban a todo el mundo.
O puede que la vida los haya tratado muy bien a ambos los últimos tres años, Harry podría describir que esos años han sido definitivamente los mejores que recuerda haber vivido. Se sentía en las nubes, se sentía feliz, libre y ahora siempre estaba sonriendo, podía decir que tenía motivos para hacerlo.
Su Alfa, él era simplemente maravilloso.
Tras haber aceptado su cortejo, Louis, simplemente se convirtió en el ser más dulce del mundo. Recuerda que al principio le había dicho que llevara una corona con las flores que una vez compraron en aquella feria, Harry había aceptado a hacerlo pero era un tanto complicado trabajar con una corona en la cabeza, por lo que cuando le explicó aquello a su Alfa, intentando buscar una solución una noche le dijo:
"Deben saber que estás siendo cortejado, por lo que llevarás este broche y esta pañoleta para que los demás lo sepan."
Y desde aquel día jamás se quitó el broche, le gustaba y le recordaba lo hermoso que su cortejo había sido. Luego cuando llegó el momento de la marca, Harry no se sentía listo del todo, Louis le dio un beso en la mejilla y con una sonrisa suave le dijo que no había prisa y que esperaría por él. En su lugar, se comprometieron y se casaron hace tres años, definitivamente el día más feliz de su vida.
Adaptarse a su vida de casado fue un tanto difícil al inicio, porque ninguno sabía muy bien del todo como funcionaba aquella etapa, pero como el equipo que prometieron ser decidieron que se iban a tomar con calma. Y bueno, ahora, disfrutaban de su vida de casados como si cada momento fuera un regalo. Para Harry estar con Louis era un regalo, uno del que siempre estaría agradecido.
Y también acostumbrarse a la fama que manejaba su esposo, los primeros meses al menos, todos se acercaban a ellos y les pedían fotos y uno que otro autógrafo, algunas veces iban hasta su florería para atacarlo con preguntas y otras veces con regalos. Con el pasar del tiempo y supone influencias de su esposo, las peticiones bajaron en número y si se acercaban lo hacían de forma respetuosa.
"Nadie se puede acercar a ti si no quieres, amor. Pídeles que paren una vez, si no lo hacen busca ayuda, puedes llamarme y yo correré hasta ti."
Afortunadamente no tuvo que recurrir a esos extremos y cuando se acercaban lo hacían con respeto. Louis se sintió mucho más tranquilo y cuando tenía que ausentarse por su trabajo le llamaba cada noche para ver como estaba. Esos días eran difíciles porque se extrañaban mutuamente, y se complicó un poco más cuando formaron el lazo a través de la mordida pero encontraron una forma de hacer que no duela.
Aunque eso no cambiaba el hecho de que lo eche de menos todo el tiempo que está fuera.
—Harry—llama Louis con la voz repleta de sueño—son las tres de la mañana, cariño. ¿Qué estás haciendo despierto a esta hora?
Harry termina de cortar los vegetales y sonríe suavemente cuando siente los brazos de Louis envolver su cintura.
—No puedo dormir—dice dejando caer levemente su peso en Louis—los nervios por mañana no me dejan tranquilo.
Louis asiente comprendiendo, por lo que deja un beso en su hombro antes de separarse y revisar lo que Harry tenía hecho.
—Cálmate, Hazzie—pide comenzando a apagar el fuego de la cocina—Lo harás estupendamente, pero para conseguir eso debes dormir bien.
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I Won't Mind ||Larry||
Fanfic"¿Estás listo para el talent de cocina más duro de todos?"