Capítulo 2

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Los nuevos

Emilia

Ok, definitivamente esto no lo esperaba. Ahí en la puerta había un chico- faltaba uno, me imagino que no les toco el mismo horario- de nuestra edad, con mochila y sin chaqueta de cuero. Era alto, rondaba por el metro ochenta, y si tenía buen cuerpo, sin llegar a intimidar. Lo normal, como alguien que hace ejercicio y ya. Era de tez blanca (si y venía de Miami) y sus ojos eran de un bonito color miel, traía una sudadera gris y tenis, no botas como pensé.

Todos lo estudiábamos de pies a cabeza, el parecía no muy cómodo. Finalmente entro al aula.

-Él es el Ryder Roth, su nuevo compañero.

Nadie dijo nada y el chico miraba todo con incomodidad.

-Pase, siéntese ahí.

El chico Ryder camino y se sentó delante de mí.

Todos volvieron a lo suyo, o bueno al menos eso simulaban. Decidí hablarle, no parecía un mal chico.

-Hola.

A mi lado, Ellie me miraba raro. No solía hablarle a cualquier desconocido, pero por alguna razón este chico me caía bien.

-Hola.

-Mi nombre es Emilia Jacobs, mucho gusto.

-Si bueno, ya sabes mi nombre. Un gusto Emilia.

Y con eso se giró al frente, era guapo la verdad. Como diría Ellie, su cara parece tallada por los mismos ángeles.

Todo transcurrió con normalidad hasta que sonó el timbre.

-Bueno, eso es todo por hoy. Pueden retirarse.

Todos empezamos a recoger nuestras cosas.

-Estoy aburrida y apenas es la primera clase.

-Tú siempre te aburres, Ellie.

-Eh, disculpen.

Ambas nos giramos. Ryder nos miraba con una mueca.

-Podrían ayudarme, no conozco el lugar y tengo que ir al salón de historia.

Como el chico me cayó bien, no dude en ayudarlo.

-Claro, yo te llevo. Me toca esa clase.

Ellie se contenía por reír. Le hice una mala cara.

Ya sabía que estaba pensando, seguramente ya me casó con este chico en su pensamiento o se casó ella con él.

-Oh, gracias Emilia.

-Emi, solo Emi.

-Bueno solo Emi, ¿nos vamos?

Asentí.

-Te veo en la cafetería.

-Claro, chaaaaaoooo, un gusto conocerte Ryder.- Canturreo Ellie.

-Igualmente...

-Oh, pero que despistada, ni me presenté. Soy Elizabeth Vélez. Soltera, guapa y millonaria por si te interesa.

Es que Ellie no puede ser más obvia y bruta.

Lo bueno es que el chico solo río.

-Lo tendré en cuenta.

Con eso, nos encaminamos a la siguiente clase.

-Disculpa a Ellie, es muy lanzada cuando quiere.

-No pasa nada, me cayó bien tu amiga.

-Entonces... ¿eres de Miami?

-Sí, aunque no lo parezca.

-No encajas en el perfil de una persona que viva en Miami. Te imaginaba más...

- ¿Alto, musculoso y bronceado?

Me reí.

-Algo así.

-Me lo han dicho, la verdad prefiero no salir. Pero deberías a ver a mi hermano, él si esta bronceado- dijo mientras caminábamos.

Me sentía muy pequeña a su lado, imagínense... metro ochenta y metro cincuenta y siete. Me sentía como una hormiga.

Antes de que pudiera responderle, llegamos a la clase.

Entró y se presentó como en la anterior clase. Muchas chicas le hacían ojitos, pero a él, no le importaba, hasta se sentó conmigo.

-Muy bien, para empezar el curso, harán un trabajo en parejas sobre el Imperialismo. Su historia, origen, aspectos, TODO. Elijan a quien mejor les parezca.

Muy bien, ese momento de mi vida donde me pregunto ¿por qué hacen este tipo de cosas? ¿Es para hacerme miserable la existencia? ¿Para joderme? ¿por qué me hago preguntas estúpidas? Y como dirían algunos memes ¿Hotel? Trivago.

Deberías de ir al psicólogo.

De tanto pensar idioteces no me di cuenta que Ryder me observaba.

O no...

O no...

¿Está pensando lo qué creo que está pensando?

Por su cara, deduzco que sí.

- ¿Hacemos el trabajo juntos?

Bum, te explotó el cerebro.

- ¿eh?

- ¿Qué si hacemos el trabajo juntos? Es que, no conozco a nadie y... pues... eso, pero si no quieres no hay problema- ¿estaba nervioso? Creo que sí.

Nunca he visto a un chico nervioso, a decir verdad, solo a Ethan. Pero él no cuenta porque es gay.

- ¿Eh? Ah, sí, sí, claro, por supuesto, ajá- ¿Más estúpida no te puedes ver?

-Genial, le diré al profesor.

Muy bien, haría el trabajo con un chico muuuuy guapo.

¿Y así le huyes a lo cliché?

Creo que si...

Sin el típico cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora