Capítulo 9

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Narra tn:
Cuando desperté en el hospital estaba molida, toda adolorida a pesar del sedante que me habían inyectado. Me quebré el brazo y me lo operaron, la rodilla me la esguincé y me la tuvieron que inyesar para no moverla, creo que se dieron cuenta que soy media inquieta. Estuve hablando con Clara y me contó muchas cosas de Christopher que me hicieron entenderlo un poco, aunque tuve unas ganas de ahorcarlo con mis propias manos... pero verlo parado ahí sin saber qué hacer o qué decir, verlo nervioso y luego con sus ojos llorosos, no pude echarlo, aunque se lo merecía. Clara me contó que desde pequeño lo maltrataron, su padre siempre lo despreció y luego su padre los abandonó a su suerte, años después su madre tuvo los medios para demandarlo y divorciarse, y así le entregaron un amplio terreno en Ecuador, donde construyeron su casa y donde actualmente vive la familia de Chris. Es un chico solitario que jamás habla con alguien sus problemas o sus inquietudes y las cubre con fiestas y alcohol. Se lo guarda todo para él y muchas veces eso hace que ande de mal humor o irritado, el peso que lleva encima es grande.
Hoy me dan el alta y Christopher ya está aquí con Alex que está que se cae del sueño.
-¿Te caíste de la cama? es demasiado temprano para tí- molesto a Christopher y él niega.
-Te dije que sería tu esclavo y debo llevarte a casa- dice serio y me entra la risa- lo digo enserio tn- suena molesto.
-Cuando dices que serás mi esclavo suena medio erótico y es inevitable imaginarte con u...
-¡Ya no quiero escuchar más cochinadas!- grita Alex y sale de la habitación dejándonos solos mientras reímos.
-¿Cómo te sientes?- pregunta preocupado.
-Como si me hubiese pasado un camión por encima- le soy sincera y se incomoda, justo entra Clara con los papeles del alta médica, al fin.
Al llegar al departamento Christopher no se despega de mi lado ni deja de preguntarme si estoy bien o si necesito algo, me agrada el Christopher amable y preocupado pero ya comienza a agobiarme y eso que recién llevamos dos horas aquí.
-Chris de verdad no es necesario que estés en todo momento aquí, ve a descansar un rato...
-No me moveré de aquí por si necesitas algo- dice sin mirarme y suspiro.
-¿También me llevarás al baño y me bañarás?- pregunto para incomodarlo.
-Probablemente, debo enjabonarte enterita...
-Ni lo sueñes- le respondo de inmediato y comienza a reír.
-Es broma, mañana vendrá una persona a ayudarte para asearte y ordenar tu cama- dice para mi tranquilidad y asiento.
Por suerte pide comida a domicilio e incluso me ayuda a comer, este hombre es totalmente distinto al Vélez que conocí hace un par de semanas.
Al fin silencio y paz en mi habitación, duermo de lo más cómoda cuando de pronto siento un fuerte pinchazo de dolor en mi brazo operado, despierto de golpe y los ojos se me llenan de lágrimas.
-¡Mierda!- susurro y aprieto los ojos duele mucho- Chris- digo y no se escucha nada- ¡Chris!- grito pero tampoco me escucha. Busco en mi mesita de noche las pastillas para el dolor y no están. Como puedo me levanto y saltando en un pié comienzo a avanzar. Me duele la rodilla un poco pero el brazo es una putada. Entro a su habitación y está profundamente dormido, lo lamento mucho pero pego el grito.
-¡Christopher!- veo que se levanta de un salto asustado.
-Pero qué... mierda tn, ¿qué haces levantada?- corre a mi lado y me toma en brazos suavemente y me recuesta en su cama.
-Mi brazo- se me escapa un sollozo- me duele mucho...- ya no puedo aguantar más y lloro como descosida. Christopher no demora en traerme agua y darme las pastillas.
-Lo siento, estaba muy dormido y no te escuché- dice sentado a mi lado, de pronto se queda callado y mira el suelo.
-¿Sucede algo?- le pregunto extrañada.
-¿Tienes frío?, para taparte...- apenas dice eso noto que se me trasluce un poco la blusa de pijama y se me marcan las bubis...
-Un poco- respondo avergonzada y él me ayuda a taparme.
-Traeré tus almohadas y la frazada de tu habitación- cuando sale me dedico a observar su habitación, la tiene echa un lío, ropa y zapatillas por todos lados. Christopher me arropa y luego se acuesta a mi lado- lo siento mucho pero a partir de hoy no te dejaré salir de mi cama- dice sin pensarlo y lo miro con las cejas alzadas.
-Me operaron ayer y tengo una rodilla esguinzada, ¿no crees que deberías dejar las cochinadas para otro momento?- su cara es un poema y me río a carcajadas.
-No me refería a eso, solo... !ya deja de reírte!-más me da risa su actitud- mejor a dormir.
-Ya no tengo sueño- le digo y él me mira serio.
-La única manera que conozco de quedar rendido y atraer el sueño tú siempre me la niegas.
-Y te la seguiré negando, ya me dió sueño, hasta mañana- digo rápidamente y volteo mi cara hacia el lado contrario de él, lo escucho reír pero lo ignoro.
Cuando despierto siento un rico hormigueo en la parte baja de mi abdomen, abro los ojos y dejo de respirar por unos segundos... la mano de Christopher está por debajo de mi blusa en mi abdomen. No entiendo la manía de este hombre de siempre ser tan manilarga. Aunque no me disgusta para nada que me toque... ¡ay diosito! me está costando la vida, literal, convivir con él. Es tremendamente atractivo, me cuida, se preocupa, y me causa un morbo que uff. Lo observo como babosa hasta que mueve su mano y se acomoda en la cama, menos mal me quitó la mano de encima o terminaría acosandolo mientras duerme. Veo la hora y es demasiado temprano aún asique me acomodo y Chris se acurruca a mi lado.

La Niñera ~ Christopher Vélez •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora