4. Problemas

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Anoche había sido bastante... Complicado, por así decirle, Eijirō despertó primero observando como su pareja descansaba a su lado. Hace unas horas su nudo había terminado, porque sí, Katsuki lo había anudado y no sólo eso, también le había dejado una marca bastante profunda. Aún con la incomodidad que sentía en su parte baja, el chico miró con amor a su esposo e incluso besó su cabeza para salir de la cama como sus piernas le permitían y se dirigió al baño, donde tomó una merecida ducha. Al terminar, se cambió notando que su amado seguía dormido, le dedicó una sonrisa vistiéndose; sabía que Katsuki no se levantaría en un rato, por lo que decidió ir a un minimercado y conseguir qué comer.

Katsuki despertó poco después de que Eijirō hubiera vuelto con las cosas, al no verlo en la cama, no hizo ningún reproche ni intento por buscarlo, simplemente se levantó para tomar sus supresores y volvió a la cama.

¿Kats?- después de un rato el pelirrojo volvió a la habitación-¿Ya despertaste?

Hm...

Preparé el desayuno, bueno almuerzo...¿Irás a comer? - no hubo respuesta- podemos comer en la cama si te parece

Tampoco hubo respuesta, el rubio estaba de espaldas a la puerta, por lo que no podía ver si estaba despierto, lo cual estaba. Aunque llamara mil veces, no voltería, estaba molesto consigo mismo y no se atrevía a mirar a la cara a su esposo después de lo de anoche.

Katsuki, responde- miró en el cuarto por indicios de que ya hubiera despertado encontrándose con el frasco de medicinas en el tocador- ¿Tomaste tus supresores?

Tampoco hubo respuesta, fastidiando al pelirrojo, que caminó al otro lado de la cama encontrándose con un Katsuki efectivamente despierto mirando al suelo.

Te pregunté algo-dijo molesto.

No tengo hambre.

Eso no, ¿Te tomaste los supresores?

Ah, si.

¡Katsuki, sabes que no puedes interrumpir tu celo así! - casi le grita haciendo que el rubio se sentara.

Me viene valiendo una mierda - lo miró a la cara, trayendo el recuerdo de ver su rostro lleno de lágrimas pidiendo que parara, obligándolo apartar su mirada y ver hacia las sábanas.

Te puedes enfermar, no es necesario cortar tu celo, te he dicho que no es malo - trato de hablar más calmado- no pasa nada si...

¡Te puedo matar!- gritó harto y con lágrimas saliendo de sus ojos- Siempre sales con lo mismo no pasa nada, está bien, NO ESTÁ BIEN EIJIRŌ, NO LO ESTÁ, ODIO TENER ESTE TIPO DE CELOS, ODIO LASTIMARTE, ODIO QUE ME MIRES CON AMOR DESPUÉS DE QUE TE VIOLO.

Jamás lo he visto de esa manera, y no lo es lo que ocurre- dijo tratando de tranquilizar a su pareja- ya hemos hablado de esto...

NO, NO HEMOS HABLADO - se levantó de la cama- Crees que sólo porque asientes, ¿Todo está perfecto? PUES NO LO ESTÁ, deja de fingir en mi cara.

No estoy fingiendo.

Por los dioses Eijirō, recuerdo todo, recuerdo como te tomo, ni siquiera soy capaz de prepararte, recuerdo todas las maldiciones que te digo... Puta mierda, ¡Te anude anoche, te marqué! Teníamos un puto acuerdo de jamás hacerlo ¡Y ve lo que hice!

Katsuki...

¿Cómo es que aún me amas?- lo miró de nuevo, teniendo la misma imagen. Cayendo al suelo sobre sus rodillas.

Porque no me importa-bajo hasta donde estaba, abrazado al rubio que sorpresivamente se dejó-Te amo demasiado para dejar que esto lo cambie, sí, tus celos son algo que hay que trabajar, pero no por eso te dejaré solo, te prometí que estaría a tu lado para siempre, mucho antes de ser novios y ahora casados, jamás te dejaré... Y si sirve de algo, te perdono por lo de anoche...

Después de nuestra boda (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora