8. Alfa

333 26 0
                                    

**NOTA: este capítulo narrará los sucesos detrás del embarazo de Eijirō. Contendrá temas delicados sobre sexo (incluyendo relaciones sexuales no consensuadas) y una suposición de engaño, por lo que si no se sienten cómodos leyendo esto, pueden saltarse el capítulo y preguntar lo que pase por mensaje.**

Lo había hecho, había dejado a su esposo, tomado una maleta y subido a su auto, aún con el dolor que le causaba la marca y manejó, tratando de controlar sus instintos de regresar.

¿Katsuki? - el mencionado fue recibido por una sorprendida Camie Utsushimi.

Lo hice - le dijo sin más, esperando que lo dejara entrar.

Oh... No creí que sería esta semana, Yoarashi no está así que no habrá problema, pasa - dijo la de cabello castaño claro, dejando entrar al rubio.

No quiero que nadie se entere de esto - advirtió entrando al departamento de la del quirk de glamour.

Lo sé, eso también va para Yoarashi - dio cerrando la puerta.

Es más que obvio, es el primero que iría a decirle a Eijirō.

Bien, sólo recuerda que llevo poco tiempo saliendo con él y no quiero que se enoje si te encuentra aquí.

Sí me ve aquí, ya veremos que inventarle - le dijo entrando a una habitación.

Antes que nada, tengo una pregunta, ¿Por qué haces esto? Digo, creí que ustedes estaban bien...

Dijiste que no ibas a reprochar nada.

Bueno ya, deja tu maleta en el cuarto y vamos a cenar.

Katsuki no pudo dormir, lo que había hecho era impensable, había engañado a su pareja, lo había dejado solo a su suerte aún estando en cinta. Sentía el dolor y la angustia de su esposo, sabía todo lo que estaba pasando con él, pero no podía volver, no ahora. Daba vueltas en la cama, buscando el olor y seguridad que le traía Eijirō, pero todo fue en vano.

No, por favor...

De repente esa imagen volvió a su mente, despertándolo de golpe, aquella imagen que trataba de borrar y que se aferraba a aparecer.

Eijirō..-susurró pronunciando el nombre de su pareja. Guardó el llanto para después y se dirigió al baño para darse otra ducha, pues estaba bastante sudado. Ahí dentro, siguió recordando lo sucedido.

Talvez el pelirrojo lo había aceptado, pero lo que hacía eran actos que no se consideraban sanos, sus instintos eran los que controlaban la situación,  tenía las piernas del otro sobre sus caderas, sus brazos atrapados a los costados sobre el colchón, permitiéndole acceso a su cuello.

Te voy hacer mío - le dijo acercándose a su destino.

Es...espera Tsuki, ¿Qué haces? - Eijirō trató de moverse pero el rubio había sido más fuerte.

Te haré mío, voy a marcar esas lindas glándulas tuyas - susurró lamiendo la zona, para inmediatamente penetrar con sus dientes la piel del otro. Un grito llenó el cuarto por parte del híbrido acompañado de lágrimas.

Ahora había roto por completo la confianza de su amado, lo había marcado y ya no había retorno.

Las siguientes horas, se podía escuchar por toda la casa, los chirridos de la cama y los jadeos y lloriqueos del pelirrojo, causados por el dolor y la sobreestimulación. Pero al rubio no le importaba, quería sasiar a su alfa, acabar dentro de su pareja, llenándolo de su semilla, marcado una y otra vez el cuerpo con sus manos y dientes en zonas sensibles y en otras más visibles. Se dejó llevar por los movimientos, amaba los sonidos que provenían debajo de él, tanto los húmedos como los guturales. No le importó las veces que Eijirō le pedía que parara, lo estaba llenando tan bien que simplemente acomodó al chico para que recibiera por completo su nudo para caer rendido sin soltar a su pareja.

Después de nuestra boda (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora