30 Days of Smut Challenge - JimSu

07;; contra la pared.

Esta es la doceava vez en los últimos cuatro días que se masturbaba, cada que terminaba sus rondas su pene dolía, pero las ganas de saciar su sed de sexo incrementaban. Se sentía todo hecho un lío, y a pesar de que está mal estar profundamente enamorado de su profesor de literatura, simplemente no puede evitarlo. Quiere follar ese trasero, escuchar como grita su nombre por toda el aula y venirse en uno de sus glúteos; de sólo imaginarlo otra erección crecía y no hacía más que volver a masturbarse.

Un nuevo día había llegado. Jimin se levantó tan pronto su alarma sonó, fue a ducharse y cambiarse a su uniforme escolar para después tardar lo suyo en arreglarse y fingir inocencia e intelectualidad en su faceta de buen estudiante. Por lo que tras arreglarse, su madre le esperaba con un ligero almuerzo antes de irse, se saludaron, Jimin comió de aquella colación y tras terminar se fue con prisa en bicicleta hasta la preparatoria; tiene el tiempo medido, cada martes, miércoles y viernes su lindo y sexy profesor de literatura les da clases las primeras horas, y cada que le tocaba la asignatura tenía una alarma especial para ello, por lo cual llegaba tarde a clase siendo uno de los últimos, así ser regañado por su amado al llegar tarde y poder sentir la atención que no le daría en ningún otro lugar el profesor Min.

Dicho y hecho, casi le cierran las puertas por la impuntualidad pero logra ingresar a las instalaciones, aligera su paso y a diferencia de los demás él se toma las cosas con calma, se dirige al casillero, coloca dentro de su mochila los libros necesarios y camina por los pasillos, estos están solitarios y silenciosos, haciendo que sólo las pisadas de Jimin se escuchen por el lugar mientras ve por las ventanas a los estudiantes tomando clase, no le preocupa que los profesores lo miren andar por los pasillos cuando ya estén empezando la jornada de clases, como no es uno de sus alumnos lo pasan por alto. Finalmente, llega a su aula y tras tocar la puerta abierta llama la atención de todos sus compañeros, pero más importante, la atención de su sexy profesor Min.

– ¿Otra vez tarde, Park?– Cuestiona con su dulce voz sonando cansado, pues todos los viernes era lo mismo con ese alumno.

– Ouh, lamento mucho llegar tarde, mi alarma no sonó...– Se excusa con la misma frase de siempre, notando como el mayor pone los ojos en blanco mientras acomoda su lentes en el puente de su nariz.

Maldición, como anhelaba correrse en aquellos lentes.

– Nunca suena tu alarma, deberías cambiar de despertador o teléfono– alguna que otra risilla se escucha entre la multitud de alumnos a su costado, sin embargo Jimin no tiene tiempo para mirar a nadie más que al profesor Min–. Adelante, pasa y toma asiento que no te salvas de quedarte conmigo después para platicar de tus notas.

El menor asiente con la cabeza, sonrojándose por pena claramente fingida, hace una reverencia y corre entre las filas de sus compañeros hasta llegar a su asiento, después de sentarse en la butaca, el profesor Min continúa con la clase girándose y anotando las actividades de ese día. Jimin tan sólo nadie lo ve sonríe ladino con los labios juntos, mordiéndose el interior de la mejilla mirando cínico al profesor Min, todo iba acorde al plan y no podía evitar calentarse de sólo pensar que ese viernes todo sería diferente. Todo estaba fríamente calculado, tan sólo inició el semestre se hizo el tonto cada martes, miércoles y viernes con el profesor Min, no entregaba tareas, no participaba en clase (y si lo hacía lo ejecutaba con propósito, perdía la dignidad algunas veces, pero todo sea parque el señor Min lo tenga en la mira), llegaba tarde a sus clases y constantemente su profesor le llamaba la atención para que dejara los distractores y pusiera atención. Llevaba muchos días planeando poder follarse sin interrupciones al profesor Min en aquel amplio escritorio, que ahora después de que sus esfuerzos en ser un pésimo alumno con el señor Min estaban dando frutos, no podía evitar ya imaginarse el platillo servido en bandeja de oro.