03;; primera vez.

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Halloween... el muy esperado Halloween había llegado.

Tanto Jimin como Yoongi no tenían planes de salir con sus amigos, ambos querían pasar la noche con su pareja y desvelarse viendo películas de terror malas. Aún cuando no irían a una fiesta, Yoongi quiso disfrazarse para sorprender a su novio, vistiéndose de lo que tanto lo llegaba a comparar en muchas ocasiones: un gato. Se disfrazaría de un tierno y adorable gato.

Aunque a veces podía parecer un minino de verdad, (pues su personalidad mayormente era ser todo un curioso, a veces gruñón e independiente) le pareció buena idea disfrazarse de ello, y cuando llegara al departamento de Jimin lo que se encargaría de hacer toda esa noche sería pedir caricias y besos dulces, algo que muy pocas veces pedía pues le avergonzaba hacerlo. Yoongi era todo un inocente chico de preparatoria que aún vivía en aquella burbuja llena de inocencia y aventuras aniñadas. El menor prácticamente tenía la personalidad de un nene de once años, aunque cuando se necesitaba, podría comportarse como un muchacho de su edad.

Se miró por quinta vez en el espejo, le gustaba la ropa que había elegido. Vestía un short overol de mezclilla oscuro que le quedaba un poco más arriba de la mitad de sus muslos, conociendo a su novio que le gustaba mucho verlo así había decidido ponérselo; traía una camisa ajustada color lila, unas medias de red negras ajustadas a sus piernas y unos botines bajos del mismo color que las medias, estos tenían algo de plataforma haciéndole ver más alto; de accesorios se colocó unos pendientes sencillos de plata, unas cuantas pulseras ajustadas a sus muñecas, un collar pegado a su cuello color negro donde en el centro caía un pequeño dije de un pequeño moño y por último una diadema con orejas de gato color negro afelpadas combinando con su cabello que era del mismo color. Aunque a su disfraz le faltara la cola por más que quisiera encontrar algo con el cual terminar su disfraz, no tenía nada parecido a una cola de gato por lo que tuvo que dejárselo así. 

Se había esforzado en que su cabello tuviera ligeros rizos pero no se pudieron hacer por su cabello tan lacio, sin embargo uno que otro si se hacía notar por lo que se lo dejó así, fue a su tocador a maquillarse un poco finalizando con simular pequeños bigotes rayándoselos con delineador en ambas mejillas. Se miró al espejo una última vez y sonrió satisfecho de su bonito conjunto.

Miró la hora en su celular viendo que faltaban menos de quince minutos para que fueran las ocho, misma hora que habían acordado para verse en el departamento de Jimin; agradecía que su hermano mayor no estará en casa porque sino no le dejaría irse así vestido a donde sea que este planeaba salir. Tomó su celular y la copia de las llaves de la casa y salió de esta guardando ambos objetos en los bolsillos delanteros de su overol, amaba estas fechas porque podía salir como en realidad le gustaba vestir y excusarse con que era un "disfraz", si fuera por el saldría con ese tipo de ropa o con una más "femenina" y aniñada todos los días, pero era mejor no hacerlo si no quería terminar golpeado por alguno que otro machito ardido.

Caminó unas cuantas calles hasta llegar al edificio, tuvo que fingir la voz a una más de chica para no levantar sospechas al portero, este lo dejó pasar y subió el elevador hasta llegar al cuarto piso. Salió de este y buscó con la mirada el número del departamento caminando por un pasillo, se detuvo frente a la puerta con los números grabados doscientos siete en una pequeña placa de color oro y pulsó el timbre escuchando como este sonaba dentro del departamento.

Escuchó un "Ya voy" de su novio a lo lejos y con pequeños saltitos se alejó un poco de la puerta para que Jimin al abrirle le viera su bonito conjunto, le había gustado como andaba vestido por lo que se lo presumiría a su novio toda la noche.

Los pasos llegar a la puerta del otro lado se escuchaban con más claridad y mordiendo su labio ansioso sonrió, se sentía nervioso sin razón, tal vez sea porque su novio jamás lo ha visto usar medias de red u overoles tan cortos, el motivo por el cual la prenda le quedaba hasta más arriba de la mitad de los muslos era porque sus demás overoles estaban sucios y no tuvo tiempo para lavar uno y ponérselo, por lo que no tuvo más opción que vestir ese. Se escuchó como abrían la puerta lentamente y una silueta se situaba frente a él. Era Jimin, su tan atractivo y precioso novio Jimin.

30 Days of Smut Challenge - JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora