Fuego 🔥[Finalizado]

Capitulo 12

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— ¿Hace cuánto tiempo se han marchado? — Gun no había dejado de caminar desde que se había despertado, solo para encontrar a Tay sentado en la habitación con él. Como si eso no hubiera sido lo suficientemente perturbador, el chico solo lo miró. Él no era un enigma para desentrañar, pero Tay lo hizo sentir de esa manera. El tipo tenía una cara de póquer infernal. No podía leer ni una sola emoción en ese rostro.

—Cinco minutos más, que la última vez que preguntaste. —Una emoción salió a la superficie. Fue irritación.

Esa molesta respuesta hizo que quisiera golpearlo. Ya estaba lo suficientemente preocupado. No necesitaba que Tay actuara como un idiota. No podía controlar sus propias emociones. No estaba seguro de si quería reírse, llorar o ponerse una camisa de fuerza. ¿Sus emociones parecían estar montadas sobre una montaña rusa debido a su preocupación por Off o porque estaba esperando? No tenía idea.

—No puedo solo quedarme sentado. —Se dirigió a la puerta, pero Tay se levantó de la silla y cruzó la habitación en una fracción de segundo, impidiéndole salir.

El labio superior del hombre se curvó.

—Eso es exactamente lo que vas a hacer.

— ¡Fuera de mi camino! —Golpeó con sus manos el sólido pecho de Tay, pero el hombre no se movió. —No puedo esperar, mientras Off pueda estar luchando por su vida. No puedo... no puedo... —Se giró, luchando por no llorar frente a él. —Solo aléjate de la puerta.

—No soy Off —dijo Tay en un tono bajo y sombrío. —Lo que hagas con él, no me servirá para nada. Lo que vas a hacer, es sentarte en tu trasero flaco y esperar hasta que Off regrese.

—Eres un imbécil —se dio media vuelta y entrecerró los ojos hacia Tay. — ¿Quién diablos eres tú para detenerme? No soy un prisionero.

Líneas de ira se formaron alrededor de los ojos de Tay.

—Haz una rabieta, lanza un golpe. Haz lo que te parezca, pero te puedo garantizar que no vas a salir de aquí.

Pensó en aceptar la oferta de Tay, pero en serio, ¿cómo podía enojarse con alguien que solo quería protegerlo? Lo convertiría en un malagradecido, pero tan preocupado como estaba, se pondría ese título con orgullo.

— ¿No tienes un hueso para enterrar o un coche que perseguir?

Algo oscuro se movió detrás de los ojos de Tay. Estaba tentando a su suerte. Se percató de ello. Lo sabía. Entonces, ¿por qué demonios no se callaba?

—Esta noche hay luna llena. ¿Por qué no vas a aullar en el patio trasero?

—Muchacho, estás presionando —le advirtió Tay. —He matado a hombres por menos.

Estaba actuando de forma infantil. Normalmente no actuaba de esa manera. Bueno, tal vez sí. Dio media vuelta y se dirigió hacia el balcón. La noche había empezado a calmarse con la tormenta que se avecinaba. Estaba demasiado oscuro para ver gruesas nubes, pero el rayo distante se alzaba en el cielo, diciéndole que la tormenta se estaba acercando.

Se quedó allí y disfrutó de la brisa, preguntándose si Off estaba bien. Se frotó el dolor sordo de su pecho. A pesar de que no había conocido al alfa tanto tiempo, le dolía físicamente pensar que su compañero había sido lastimado. Todo lo que quería era asegurarse de que Off estaba bien, pero el señor idiota ni siquiera le daría eso. Quería patear a Tay en sus bolas. No estaba buscando compasión, pero mostrar un poco de comprensión habría sido de gran ayuda para calmarlo.

—A menos que creas que voy a saltar desde el balcón, estoy seguro de que puedes ir hacia el otro lado —le dio la espalda a Tay, enojado con el chico. Estaba enojado con el viento por soplar, las estrellas por brillar, los grillos por cantar su canción nocturna. ¿A quién estaba engañando? Estaba enojado porque Off estaba peleando una batalla y se había quedado atrás, solo para preocuparse.