Ángel De La Guarda ━━Sasuke Uchiha ✔

VIII

«Pequeña Memoria»

"Ahora recuerdo, recuerdo que los momentos más felices y raros de mi vida fueron a causa tuya."

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A la mañana siguiente, desde el punto de Shira, Sasuke estaba más contento de lo habitual; la recibió con un saludo matutino nada habitual en él y una hermosa sonrisa.
Desayunaron mientras el Uchiha comentaba cosas al azar pero entretenidas, algo tampoco visto en su personalidad.
Fue hasta tal punto en el que cuando caminaban comenzó a silbar, que Shira no pudo evitarlo y le preguntó:

- Sasuke-kun, ¿estás bien?

- ¿Qué? ¿Por qué lo dices? -cuestionó éste, sintiendo una sacudida en su estómago, de golpe. ¿Había sido muy obvio? Se suponía que era una sorpresa...

- Ah, pues... Porque estás siendo... Algo más... Entusiasta de lo normal. -ante la mueca de su receptor, Shira hizo aspavientos con los brazos infantilmente, tratando de explicarse- ¡No me malinterpretes, no me malinterpretes! Sólo digo que es extraño, no es que no me guste... -la mirada de Sasuke alzando una ceja la hizo ponerse colorada de un momento a otro, casi haciendo reír al contrario- ¡N-no lo di-dije por eso!

- Está bien, está bien, no exageres. -dijo riendo brevemente entre dientes. Shira se confundió: ¿Se habría comido una flor de efectos raros?- Realmente pensaba guardarlo hasta saberlo todo pero...

- ¿Pero? -lo apuró la joven, ansiosa.

- Bueno, pues... Anoche, pensando y demás, recuperé... Parte de los recuerdos que...-

- ¡AAAHHH! -no le dio tiempo a terminar, puesto que ya había gritado de emoción y se había lanzado a abrazarlo sin vergüenza alguna.- ¡Cuánto me alegro, Sasuke-kun! ¡Cuéntame, cuéntame!

De inmediato, frenó su marcha y la de Sasuke al tirar sin mucha suavidad de su único brazo, haciéndolo sentarse nuevamente al frente suyo.
Se posicionó como indio y apoyó la barbilla en sus manos, mirándolo entusiasmada.

Sasuke carraspeo, incómodo por la cantidad de atención que Shira le tenía puesta.

- Bueno... Recordé la infancia. -la fémina asintió una vez de forma exultante, esperando a que siga.- Que tú estabas ahí, siempre. Muchas veces, Sakura suplantaba tu imagen, es decir, lo que ahora veo bien, antes era un recuerdo borroso de lo que tú hacías pero en su lugar me impuse la imagen de otra persona. -De improviso, se le vino a la mente uno de los recuerdos más tiernos que tenía de ella: