«Desde un inicio, ella estuvo ahí:
Él nació, ella también.
Él entrenó, ella también.
Él se quedó sólo, ella lo acompañó.
Él se sumió en la oscuridad de la venganza... Ella lo siguió a tientas.
Siempre estuvo para Sasuke, pero él lo había olvidad...
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"Un sueñoo meta puedeser la realidadsiasítelopropones."
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Para ojos de muchos, aquella podía ser una relación sin cimientos, apurada, que había empezado tras unos meses. Pero realmente, el cariño mutuo que se tenían había iniciado hacía unos cuantos años, cuando los sentimientos se ocultaban tras una sólida amistad olvidada.
Los días comenzaban a pasar, uno tras otro, pero de una forma llevadera para los jóvenes viajeros, porque ahora... Ellos sentían que estaban donde debían estar, con la persona correcta: Sasuke se sentía querido como nunca antes, y eso era lo que siempre quiso encontrar tras su máscara de odio y frialdad; Shira era aquella persona que le llenaba de felicidad de la mañana a la noche, la persona que le tendía una mano de luz para sacarlo de la oscuridad en que se sumía. Y Shira, quien había esperado su vida entera para ser la compañía del pequeño Uchiha, pero no de la forma desesperada de sus fans, era sencillamente feliz de haber sido elegida por la persona que apreciaba desde que era una infante.
En aquel momento, la lluvia ya había quedado atrás luego de semanas haciendo acto de presencia, y las nubes espesas se llevaban el protagonismo del Sol, como a la espera de saber más sobre la feliz pareja:
- Sasuke-kun... -llamó la Daishi rompiendo el silencio, apoyada su cabeza en el hombro del muchacho.
- Ya lo dije, Shira. Puedes dejar la formalidad, es innecesaria ahora. -dijo bajo él, apretando un poco más el abrazo con la cual la aferraba.
- Oh... Sí, lo siento. Es que me acostumbré. -soltó una leve risa y abrió los ojos, dirigiendo sus orbes al cielo nublado- ¿Sabes? Tengo algo que decirte sobre Itachi-san.
Pudo notar como el cuello y hombros de Sasuke se tensaban ligeramente, pero a su vez no logró percibir alteraciones en la voz que empleó, neutral:
- ¿Ah, sí? ¿Qué es?
- Bueno, él... Un momento. ¿Quieres ver el recuerdo?
Sasuke evaluó la oferta. Todo aquello estaba bien... Pero, ¿y su estabilidad emocional? Suspiró y ladeó un poco la cabeza para mirarla.
- Sí, está bien.
Como ya era costumbre, Shira elevó una mano para tomar la de su novio, y ambos cerraron los ojos, transportando su cuerpo etéreo hacia los recuerdos de la fémina.