Primer día de otoño, las hojas marchitas caían una tras otra, mientras después del trabajo, un chico de baja estatura y cabello morado camina por las calles, dando pequeños saltitos. Hoy vería a la persona más especial para el.
Su destino era su propia casa, un pequeño departamento el cual rentaba.
El chico llego a casa, abrió la puerta y entro, se podía visualizar unas pequeñas prendas tiradas en el piso, un poco de basura por enzima de los muebles.
El chico suspiro con un poco de pesadez y se dispuso a recoger, todo sea por la persona que tanto aprecia, claro.
Cuando acabó hizo unos cuantos fideos para el y su acompañante que lo visitaría, cuando acabó, movió la mesa hacia un lado de su ventana para que se pudiera apreciar un hermoso paisaje, el sol ocultándose unas nubes cubriéndolo un poco haciendo que el cielo tomase unos tonos rosados y anaranjados.
Después de apreciar la vista fue a tomar una ducha. Cuando el chico termina se coloca un hermoso traje de color blanco y morado con una corbata de cuadros parecidos a un ajedrez y unos zapatos color marrón.
Justo la hora que estaba esperando. Escucha que tocan el timbre de su departamento y camina entusiasmado y abre la puerta.
Un chico mas alto que el, su cabello azulado oscuro, con largas pestañas y unos ojos amarillos tan brillantes que emitían tranquilidad.
