Capítulo 8

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Estamos los dos tirados en el pasto disfrutando de un hermoso día de campo que el amor de mi vida preparo, lo que es increíble es el lugar al que me trajo, salimos de mi departamento y de inmediato me tapo los ojos con un pañuelo rojo, cuando llegamos me bajo en brazos del auto, sentía una brisa recorrer mi cuerpo, cuando saco el pañuelo de mis ojos no podía creer lo que tenía en frente de mí, una laguna rodeada de césped extremadamente verde y arboles por todos lados, flores, bancos, faroles, era como sentirse en Paris, no es que haya viajado a parís pero en todas las películas te la muestran de este modo, solo faltaba el pintor con un mostacho que nos estuviera retratando. Ian tomo mi mano y me llevo a recorrer todo el lugar, yo no articulaba ni una sola palabra es que la vista era esplendida solo quería seguir disfrutando de esto, seguimos caminando hasta que la laguna quedo a nuestras espaldas, cuando presto atención de donde nos encontrábamos veo enfrente de mí una casa, que decir casa es poco, era una mansión de dos plantas con ventanales enormes que iban del suelo al techo, totalmente blanca y arbustos que caían sobre ella, a su alrededor es como todo el resto árboles, césped, flores es un lugar increíble que jamás pensé  podía conocer.

-¿no me vas a decir nada?- pregunto

-esto es increíble Ian, pero... ¿De quién es?- el me miraba con esa sonrisa que me hacía perder por completo- no puede ser ¿es tuya?..... ¡Oooh por dios! Ian es hermosa, es... es... es.... Increíble

- me alegra que te guste pero ven a conocerla por dentro

Una vez dentro ya mis ojos no podían creer lo que veían era todo demasiado perfecto, una gran entrada donde se veía en frente una inmensa escalera que llevaba a la planta alta, aun lado se encontraba un living inmenso con un sofá blanco y otros pequeños  una gran mesa en el centro, todas las paredes blancas donde habían distribuidos algunos cuadros muy coloridos que le daban junto con los muebles un aspecto... como explicarlo... te hace sentir que estas en tu propia casa, Ian me arrastro hacia otro sector que era la  cocina prácticamente más grande que el departamento que compartía con mi mejor amiga.

-¿no te gusta?- pregunto,  yo no decía nada, pero solo era porque no lograba decirlo

-no, no es eso amor... Solo... que esto es demasiado hermoso- él me sonreía

-entonces... ¿te gusta?

- ¿Qué si me gusta?.. Esto... como no podría gustarme Ian claro que sí, me encanta, pero no me habías dicho que tenías esta casa

-hace un año me la heredaron

—uuuoooouuu

-cuando era pequeño mis padres tenían una casa cerca de aquí- ahora si capto mi atención, me senté sobre uno de los taburetes de la cocina y el saco un vino de la heladera sirvió dos copas y se sentó en otro a mi lado yo lo mire esperando a que continuara su relato- una tarde andaba en mi bicicleta y sin querer termine entrando a este lugar... es que siempre pasaba por el frente y me llamaba la atención el jardín, la laguna

-es muy hermosa.. dije sonriendole

- si ¿no?...  Bueno en la casa parecía que no vivía nadie, por lo menos las veces que yo venía... siempre dejaba mi bicicleta y me ponía a jugar aquí dentro, una vez salió una mujer muy hermosa y me pregunto quién era, la cosa es que ella me trataba muy bien, me daba refrescos, galletas y me dejaba venir siempre que quisiera, yo amaba venir a este lugar me daba la tranquilidad que no tenía cuando estaba con mis padres- hizo una pausa y en sus ojos vi tristeza, él nunca me habla de su familia y yo solo espero que llegue el día que pueda abrirse con migo- .... Esa mujer se volvió muy importante para mí más aun cuando mi madre.... Cuando mi madre falleció- oooh dios yo imaginaba algo así pero nunca me anime a preguntárselo, en este momento el levanto la vista de su copa y me miro, una lagrima empezó a mojar su mejilla, en un acto rápido me coloque enfrente de él y seque esa lagrima con mi pulgar lo abrase el me aparto y me sonrió pero esa sonrisa no llego a sus ojos, se notaba que recordar su pasado le causaba mucho dolor.

-no me cuentes si eso te afecta yo... te entiendo.

-necesito hacerlo, nunca he hablado de esto con nadie ¿sabes? -  lo mire y asentí

- si quieres hacerlo sabes que estoy aquí para escucharte

- lo sé. Por eso quiero hacerlo... eres tan importante para mi Ana

-y tú para mí, eres lo que más quiero... eres lo que necesito para respirar

El inmediatamente me abrazo y en un segundo estábamos fundidos en un beso el cual rápidamente despertó la pasión que flotaba a nuestro alrededor cada vez que estábamos juntos. Fui apartándome, quería que él me contara su pasado, luego tendríamos tiempo para disfrutar del amor que nos teníamos.

-mi madre murió cuando tenía 15 años... En realidad ella- me miro y sus ojos se pusieron oscuros, eso me asusto sabía que no era algo lindo de recordar lo que estaba  punto de decirme- ella... Ana... ella se suicidó- silencio fue lo que vino después yo no sabía que decirle... no podía decir nada... a mi mente enseguida vinieron imágenes de mi pasado, las aparte de inmediato no era momento de recordar.

-yo... yo lo siento mucho- el tomo mi mano y logro hacer una media sonrisa

-sabes ya lo supere o al menos lo acepte después de muchos años, yo sé que ella no era feliz... que ni ella ni mi padre lo eran- él se perdió mirando a través de una pequeña ventana que se encontraba sobre la mesada de la cocina-  en el mundo en el que yo me crié Ana las apariencias son lo que más importan.

Hace tiempo me contó que su  familia es adinerada, su abuelo paterno es el fundador de una gran empresa de telecomunicaciones de la ciudad, la cual ahora es manejada por su padre y de la familia de su madre nunca me contó nada, nunca me había hablado de ella hasta este momento.

-¿vamos a caminar por el jardín?- tome su mano y prácticamente lo hice parar, salimos abrazados a caminar por el precioso jardín, era un día magnifico, aunque me atrevo a decir que quizás se sentía en ambiente triste, a lo mejor era por las confesiones, que se sentía de esa forma, caminamos los dos en silencio. Llegamos a un banco y nos sentamos, luego de unos minutos Ian me miro y planto un beso casto en mis labios.

- me hace bien... El hablar esto contigo... solo había hablado de esto con Theresa- ¿Theresa? Lo mire extrañada, el me sonrió- ella era la dueña de esta casa quien me la heredo, te conté que venía aquí de niño, ella se convirtió como en una abuela para mí , estuvo siempre que la necesite, creamos un vinculo increíble que ni con mi propia madre lo había hecho... yo siempre venía a este lugar, acá tenía calma, tranquilidad y me sentía querido. Ella estaba sola en este mundo su marido había muerto de muy joven y nunca mas volvió a casarse... no tuvo hijos y por eso yo pase a ocupar en su vida un papel muy importante como lo hizo ella en la mía... desde el día que mi madre partió , Theresa y maría, mi nana, fueron las que estuvieron siempre con migo.

Escuchar todo esto, me hacía sentir triste por la infancia que este ser que tanto amaba tuvo, y a la vez, felicidad, porque por más que sus progenitores nunca le hicieron bien, hubo dos personas que lo amaron y protegieron,  me hubiese gustado conocerlas, en silencio les agradecí por haber amado y cuidado al amor de mi vida.

 HOLA GEENTEE!! ACÁ ESTAMOS NUEVAMENTE.

ESPERO LES GUSTE. BESOS

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Mereces ser FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora