capítulo 4

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Capitulo 4


Ya en mi nuevo lugar de trabajo, el señor Robert me comento cual sería mi responsabilidad, tendría que trabajar conjuntamente con un equipo de especialistas, estaríamos a cargo de tres colegios y un centro de ayuda social. Estaba tan emocionada, quería salir ya e ir a conocer las instituciones.

-estamos muy alegres de poder tenerte en nuestro equipo de trabajo Ana

-y yo de poder formar parte de esta gran institución, tenga  la total seguridad de que hare lo mejor en lo que respecta a mi trabajo.

-no tenemos dudas, de eso. Bienvenida al Children's Education- el señor Robert me saludo con un apretón de manos.

-muchas gracias. Estoy muy emocionada- le dije

-ahora acompáñame, te llevare con el abogado, para que te entregue los papeles del contrato, una vez que lo firmes recorreremos el lugar.

Entramos a una oficina, el abogado estaba de espaldas hablando por teléfono, se lo notaba tenso y decía:

-sabes, estoy harto de tus estupideces, ya no se qué hacer para que comprendas de una vez que nada va a cambiar.............. Debes aceptarlo, debes seguir con tu vida... Yo no soy tu padre, aquí los roles son en sentido inverso, ya me canse de tratarte como un niño, tu eres mi padre, no mi hijo.... Yo no sabía dónde meterme, el sujeto sabia que estábamos allí, porque tocamos la puerta y el nos dijo que ingresemos. Luego de cortar se queda un momento apoyando su frente en el vidrio de la ventana, sentía que no debíamos estar en ese lugar por lo que mire a Robert y le dije

-deberíamos volver después

-no se vayan, les pido disculpas por lo que acaba de suceder- al decir eso se giro y quedo enfrente de mí, no lo podía creer, el abogado era Ian , mi nuevo compañero de trabajo era el sujeto que conocí  unos días atrás.

-¿todo bien Ian?- pregunto Robert

-si Robert no te preocupes y... ¿bien?- dijo mirando a ambos

-te presento a Ana, a partir de hoy formara parte de nuestro equipo- el me miro y me dedico una sonrisa de amabilidad, era obvio, no recordaba quien era y por una extraña razón eso me produzco un pinchazo en mi pequeño orgullo, tenía la vaga esperanza de que recordara lo de hace unos días atrás, pero como siempre mi ingenuidad me superaba, ¿Cómo iba a creer eso?, solo en mi cabeza se me ocurriría pensar que  un tipo como Ian, tan lindo, se iba a fijar en mi, que soy totalmente insignificante, seguramente el debe vivir rodeado de mujeres extremadamente bellas.

-hola Ana mucho gusto, aquí tengo todos los papeles que debes firmar-me entrego el contrato lo firme, el nos saludo a ambos y se retiro.  Yo me quede por un momento perdida pensando, como de costumbre, y me preguntaba, ¿Ana porque te afecta tanto el que no te reconociera?, supéralo, no eres más que otra mujer que se queda deslumbrada por su belleza, Roberto me saco de mi mundo invitándome a conocer el lugar

-bueno Ana ahora podemos recorrer todo el edificio, ¿te parece?

-por supuesto señor Robert, encantada

-por favor dime Robert, ahora somo compañeros de trabajo- le asentí sonriendo eso me daba mas tranquilidad y sin dudas seguridad del lugar al cual ahora pertenecía.

El edificio posee 3 plantas, divididas en diferentes secciones, mi oficia se encuentra en el segundo piso junto a una de las aulas de juegos, lo cual es bueno, porque no estaré aislada y podre estar más en contacto con todos los niños. Eso alegraba mi día  e hizo que olvidara a Ian por un momento. Luego de recorrer cada sección y conocer a gran parte del personal, me instale en mi oficina, la cual es bastante amplia, tiene unos ventanales con la vista hacia una plaza  ubicada a uno de los costados del edificio. Me quede mirando el paisaje verde que desprendían los arboles, me traía paz, tranquilidad , me quede por unos minutos disfrutando de la vista, perdida en mis pensamientos es que todavía no podía creer estar en ese lugar, felicidad era sin dudas lo que sentía. Me quede observando un sujeto que estaba sentado en uno de los bancos de la plaza, se lo notaba casado, en una posición de ¡me rindo hasta aquí llego!, podría definirla de esa manera, no sé porque siempre tuve esa manía de ponerme a pensar como se sentían las personas, había momentos en los que estaba horas sentada en una plaza o una cafetería, observaba a la gente que pasaba y trataba de adivinar cómo se encontraban, imaginaba que era lo que les podía preocupar. El sujeto en la plaza seguía en el mismo lugar con la cabeza entre sus piernas y sus brazos encima de ella. Se lo veía muy mal, de pronto se incorporo y me di cuenta que era Ian, se había ido a ese lugar  quizás a refugiarse o a pensar,  trate de visualizar su rostro, o lo que podía ver desde este lugar, se lo ve muy mal realmente, me pregunto qué es lo que lo tendrá de esa manera, quizás es el sujeto de la llamada, que si no recuerdo mal era su padre.

Mereces ser FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora