Calma

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Solo por hoy te pido que pares el tiempo, que congeles la pesadilla en la que me encuentro y me permitas despertar.
Solo por hoy te ruego que me arranques el corazón y la entrañas, para arrojarme al vacío de no sentir.
Solo por hoy me desbordo entre lágrimas mientra
Solo por este momento imploro a cualquier fuerza divina que le ponga pausa a mi agonía, que detenga este tren infame en el que pierdo rumbo y me deje bajar.
Ayer era tan solo una mariposa que volaba entre las flores y veía su mundo de color, hoy me encuentro sumergida entre la nieve  podrida con las alas rotas y escarcha en el corazón.
¿Cuando se secaron los lagos y las praderas por las que corría felicidad en mi interior? ¿En qué segundo se marchitaron mis rosas clavándome sus espinas para hacerme sangrar de lamento? ¿Es que me he quitado la venda de los ojos o he metido la cabeza por uno de los ventanales del infierno?
Oh, Dios mío, fuerza del universo, cosmos, energía, me arrodillo frente a ti con una daga para que me quites los ojos, ya no me sirven.
Puedes sacarme la voz y guardarla en un cofre donde nadie más la escuche cantar.
Quemame los labios que antes besaban con pasión, pues ya no es su deseo saborear el aroma de nadie.
Cortame las manos para no buscarle, arráncame mi piel para que no le llame.
Vacíame de tal forma que refleje por fuera lo que siento por dentro, quizás así el veneno ya no me arda.
Liberame apagando hasta la más pequeña llama, bórrame los recuerdos, que se extinga todo lo que alguna vez sentí. Porque donde antes se paseaba la magia hoy es un desierto, un desierto que me deshace con cada latido.
Soy el agua que se seca en el pavimento y se convierte en nube, pero una nube que nunca va a llover, porque está presa. Presa por el silencio que no le permite drenar todo lo que lleva dentro. Un silencio que ahorca, que asfixia, que mata.
Sé que desde lo profundo me vienes a buscar, y me resisto entre gritos mudos que nadie escucha.
Veo en tu mirada que me entiendes, que sabes, que sientes pena, que siempre estuviste y vas a estar en el mismo lugar, aunque no te vea.
Me acerco y siento que todo lo que está delante de mis ojos es una creación de mi mente.
Te abrazo, me abrazo, y lloro, lloro como si fuera la única forma de acabar con la tempestad que se ha desatado dentro de mi ser, y que me lleva nadando durante días.
No me resisto, no me resisto más. Me adentro en la oscuridad y espero, solo espero, a que se calmen las aguas, a que el tsunami arrase con lo que tenga que partir y vuelva la calma.
Y vuelva la calma, y sea feliz.

Mis delirios en noches de insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora