En ocasiones mis intentos por soslayar la realidad que se presenta ante mis ojos fracasa y me toca sentarme a respirar para suavizar los huracanes que dan vuelta mi cabeza. No es sencillo convivir con la enorme farsa ni recordarme cada día que yo soy la creadora de mi propio mundo. En estos momentos entiendo y comprendo a quienes decidieron toda la vida encerrarse en su sarcófago para mirar solo lo que le es permitido a través de las rendijas.
A medida que más vamos abriendo los ojos, mientras más van desapareciendo las fronteras que limitan tu mente más dolor y angustia se avecinan. Un dolor que también es elegible, como todo en esta vida, pero que aún no he aprendido a manejar.
No espero que me comprendan, yo tampoco entiendo la simulación sin sentido de la cual continúo participando sin rumbo, simplemente expreso un pedazo de todo lo que siento a diario.
Aún así, puedo seguir apreciando las maravillas del universo y voy en busca de lo que me mueve y me lleva a mantener siempre una sonrisa. Deseando que algún día recordemos cuáles son las cosas que realmente importan, aquellas que nos conforman, que nos unen, que nos hacen existir, que están en el aire, en todos lados.
Es posible que sientas que esto no tiene sentido, porque no lo tiene. Así como nada de lo que ves en la cotidianidad.
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Mis delirios en noches de insomnio
Random¿Han tenido alguna vez esas noches en las que quieren dormir pero no pueden parar de pensar? ¿En las que su cerebro no se apaga y la imaginación explota? Bueno, lamentablemente yo si, y de esto va mi libro.
