Pasiones Pletóricas

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Al llegar el recepcionista me dijo que la señorita me estaba esperando <<Vaya, vaya>> por lo que me dio indicaciones y subí a la habitación. Más que nerviosa me encontraba ansiosa, porque ha pasado un tiempo en el que no hemos hecho grandes cosas y añoro que esta noche pase tan lenta y tan intensa como suelen ser.

Al acercarme a la habitación escuche su voz peculiar pero con ese tono molesto. Pensé que estaba con alguien, y a punto de tocar la puerta corroboré su molestia. La curiosidad, como la de los pequeños gatos comenzó a invadirme. Toque para luego girar la manilla, la cual se encontraba sin seguro.

Al entrar ella se encontraba hablando por celular. Mientras observaba la ciudad por un gran ventanal.

Llevaba un vestido negro el cual se apretaba a su hermoso cuerpo y unos zapatos con un taco increíble haciendo que nuestra diferencia de estatura cambiara considerablemente.

Al verme m giño un ojo y siguió hablando por el celular.

-¡Ella siempre hace lo que quiere! ¿Acaso crees que tengo tiempo para andar preocupándome de eso? –

Observe la habitación en silencio, no tenía intenciones de interrumpir su llamada, y por lo visto se ve importante como para que este molesta.

-Namjoon, por favor. Yo no tengo nada que ver con ella ¡Tú eres más hermano de ella que yo! -

¿Está hablando de YongHee? De solo pensar en eso me molesta.

Me senté en la cama, las sabanas eran increíblemente suaves y está a la vez era muy cómoda y la quede observando. Comenzó a pasearse por el lugar mientras iba subiendo el tono de voz. - ¡No me importa si está enojada! ¿No te conto nuestra madre que me tuvieron que poner puntos en la cabeza por su culpa? ¿Y tú pretendes que la ayude? – Prendió un cigarro mientras su rostro comenzó a demostrar frustración. -¡No, no quiero saber que quiere! ¡No sabes de lo que es capaz Namjoon, y te lo digo ahora, me va a encontrar y ya no seré tan amable. No más! ¡No me interesa! Adiós Namjoon – al terminar tiro el celular a un sillón que estaba a un costado, se tocó la frente y soltó un suspiro.

-¿Sabes que terminaras toda arrugada si sigues enojándote así? – dije mientras me apoyaba con las manos en la cama. Ella entrecerró los ojos y comenzó a acercarse mientras esa sonrisa perversa volvía a hacerse presente.

-¿Y quién te crees tú para hablarme en ese tono? – dijo subiéndose encima y empujándome en la cama. Comenzó a besarme el cuello para luego tomar mis labios. Sus besos eran bruscos y sus manos rápidamente comenzaron a levantar mi polera.

-Espera – dije empujándola en vano. Introdujo una mano en mi pantalón. -¡Yongsun detente! –grite mientras la abrace fuertemente. –Puedes... puedes hacer lo que quieras conmigo. Pero no estando enojada. – me miro por unos segundos, la volví a besar y cree una línea con mi lengua en sus labios suaves. – No te desquites conmigo amor – susurre entre sus labios. – No soy tu enemiga –

-Lo siento – dijo y me abrazo fuertemente. Su cálido cuerpo hacia que la deseara. La tengo entre mis piernas mientras su perfume invade mi ser adictivo. Toda la habitación huele a ella y me provoca una sensación de querer derretirme entre sus brazos.

-¿Qué sucede con tu hermana ahora? –

-Vamos, no hablemos de eso ahora – dijo quitándose y yendo a la mesa a coger el cigarro que había dejado.

En ese momento tocaron la puerta.

Al abrir venían unos hombres muy bien vestidos, con unas bandejas de comida y algunos tragos que dejaron sobre la mesa.

Inseguros Deseos [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora