Nuevos Caminos

667 44 2
                                    

-Yong, amor, cariño – dije y solté un quejido a sentir una mordida en mi espalda y el juguete lubricado pasando por mi trasero. Su mano izquierda toma mi pecho y luego baja por mi costado para darme una nalgada que resonó en toda la habitación junto con mi alarido y apretándose a mí nuevamente, como si acabara de penetrarme.

Su pelo me produce un cierto cosquilleo, sus besos y pequeños mordiscos tensan mis músculos con una mezcla de satisfacción oculta, mientras ese juguete se frota entre mi espalda y nalgas.

Me volvió a acercar de las caderas hasta quedar con las piernas abiertas y mi trasero apegado a su pelvis, una posición parecida a una rana. Mis brazos abrazan la almohada mientras mi tórax se encuentra en contacto con la cama.

-Ya resígnate y disfruta – susurró haciendo peso sobre mis hombros al ver que intentaba pararme. Y sin quitar su mano de mi espalda, comencé a sentir como movía el juguete en mi entrada y mis nervios aumentaron. –Vamos amor relájate. –

-Lo estoy – dije con descuido.

-Vamos a ponernos un poco serias antes de seguir. ¿Quieres que me detenga? Dilo y de verdad que me detendré. – dijo abrazándome nuevamente. Sentía como la vergüenza me corrompía. Quería decirle que se detuviera. Pero no porque no lo disfrute, sino, que estoy avergonzada y mi inseguridad aumenta. –Tal vez esto es demasiado para ti – dijo suavemente.

-¡No! – conteste rápidamente y volví a sentirme avergonzada. << ¡Maldita vergüenza! >> La mire hacia atrás y se quedó pensativa por unos segundos, para luego besar mi trasero e ir subiendo por mi espalda mientras me acariciaba. <<Debo dejar de pensar y solo sentir todo lo que me provocan sus caricias.>>

-¿Segura? –

-Cógeme así Yong– dije despacio pero lo suficientemente claro para que me escuchara.

Vuelve a apretarse contra mí pero esta vez su mano comenzó a estimarme, busca relajarme con lo que ya conozco, con esas manos maestras que ya sé las grandiosas hazañas que le han hecho a este cuerpo.

Introduce sus dedos dentro de mi mientras que con la otra no para de masajear mi clítoris. Su boca se encarga de besar mi espalda, su lengua se escapa a juguetear con mi cuerpo. Mi respiración se acrecienta, deja de masajearme y gimo rápidamente al sentir una vibración en mi pelvis. Esta sube junto con sus manos hasta uno de mis senos y los aprieta. Experimento una sensación extraña pero placentera. Vuelve a bajar por mi vientre hasta mi clítoris mientras me sigue penetrando con sus dedos y es increíble como aumenta mi excitación con solo presionar y pasar por mi clítoris ese bendito labial. Siento como cada parte de mi es sacudido por esta nueva sensación y mi excitación sigue subiendo hasta sentir el punto exacto que me llevara a correrme.

-Aún no – la escucho decir al darse cuenta lo que comencé a buscar.

-No me castigues – rogué con la voz agitada.

-Has sido una chica mala –

-No tan mala como lo has sido tú –

-Oh... entonces ahora si te enseñaré que puede hacer una chica mala – dijo mientras sentí el miembro deslizarse en mi entrada. Levanta más mis caderas y siento como de a poco comienza a meterlo. Siento una pequeña incomodidad, se me escapa un gemido inquieto y me tenso para recibir otra nalgada de su parte como diciéndome "relájate"

Me levanto quejándome para luego darme cuenta que ya está todo dentro.

La miro hacia atrás y me sonríe. Se acerca y besa mi mejilla.

Inseguros Deseos [Moonsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora