daddy and baby → xiaodery.

;; 𝒅𝒂𝒅𝒅𝒚, 𝒂𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒋𝒆𝒂𝒍𝒐𝒖𝒔? [editado].

— ¿porqué estaban tan cerca, eh? dime, kunhang —pregunta con los brazos cruzados, el contrario templó un poco por la mirada fulminante que el más alto tiene hacia su rostro que demuestra pura inocencia.

— él es mi compañero, papi. no debería enojarse... él ya tiene una no-

— me vale una mierda que tenga pareja, responde mi pregunta, carajo. ¿porqué estaban tan cerca?

el pequeño vuelve a mirarlo, ahora sus ojos no conservan el brillo alegre, siente la inferioridad hacia él. xiao dejun no solía ser así, solo cuando llegó ese estudiante comenzó algo raro. tiene fuego en su mirada, se nota muy molesto, como si algo de mayor importancia le hubiera pasado para tener el ceño fruncido y tal mirada. se veía más grande, mostrando fuerza y siendo demandante con la orden, como si se tratara del líder de una manada de lobos. exige una respuesta inmediata, no un "no te pongas así", "¿porqué estás así?". 

¿qué es lo que pasó, entonces?

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más temprano, tipo, algo antes del atardecer, un "amiguito" del menor fue a ayudar al pelirosado con su tarea de filosofía, materia que el chino detestaba con todo su ser, y siempre le iba mal. su marido se percató de ello, por lo que fue astuto al estar yendo a verlos cada un par de minutos, digamos que cada 3 minutos ponía su oreja en la puerta. su plan partió ofreciendo algo de beber o de comer, el chico se negó, dijo que no tenía hambre, que quería terminar rápido sin desconcentrarse.

que curioso, ¿no comer para no desconcentrarse? ¿de qué planeta viene este chico?

 — ¡ven, vamos a mi escritorio! —ofrece amablemente kunhang, el chico asiente y ambos suben.

el mayor sospecha de las intenciones del chico al principio, y cree que su deducción podría ser correcta: el estudiante desconocido quería aprovecharse de la inocencia de su pequeño. ni muerto, ni en mil años, aceptaría eso. 

la puerta del escritorio se mantuvo cerrada todo el tiempo, el mayor la abría un poco para observar lo que estaban haciendo, sin que ellos se dieran cuenta. hay que recordar que kunhang tiene diez y nueve años aún, por lo que, sigue siendo un adolescente de hormonas alborotadas. 

escucha atentamente, ve atentamente lo que hacen, efectivamente estudian, pero muy apegados uno al otro, y puede ver como el estudiante desconocido trata de apegarse más a él, su cara se pone roja de ira. hostiga su puño fuerte. hang también se mostraba incómodo, pero no hacía nada para detenerlo. 

el mismo estudiante desconocido coloca su mano cerca del muslo de kunhang, trata de apegarse más a su rostro, 'no intencional'. dejun baja disgustado, su ira solo crece. no (sí) está celoso(sísimo).

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kunhang bajó la mirada que se cristalizaba, el más alto toma su mandíbula sin hacerle daño, y obliga con la misma acción y la misma mirada de antes a responder a la pregunta que le había echo al principio. solo puede sonreír nervioso y decir:

— solo somos amigos~ y usted está celoso.

— ¡¡DIJE QUE ME RESPONDIERAS LA PREGUNTA, NO DECIRME QUE SON AMIGOS O QUE EL TIENE NOVIA, TAMPOCO ESTOY CELOSO!! ¡¡RESPÓNDEME AHORA, XIAO KUNHANG!!

no se da cuenta de lo que hace, porque está enojadísimo. furioso a estos puntos de la ebullición. el menor deja escapar lágrimas de miedo, achicándose ante su figura tan dominante y aterradora. kunhang duda de su misma respuesta, solo quiere que su adorado marido lo deje explicar y dormir abrazado a él, no que este celoso y al borde de quemar la casa entera.

dejun poco a poco se desquita, entendiendo la bala que disparó sin pensarlo. se agacha a la altura donde el más bajo está llorando, este está echo bolita en el suelo, tomando su mano para después besarla, este lo mira miedoso, con su par de ojitos brillosos y cristalizados. 

— bebé, amor mío, discúlpame por haberte gritado. efectivamente estaba celoso y no supe controlarlo, que idiota soy —se cuestionó a si mismo, mirando hacia otra parte. kunhang tomó su mejilla y sonrió como siempre, pero esta mueca temblaba. 

— p-papi... —solloza, dejun lo mira a los ojos.— y-yo lo disculpo, pero no tuvo porqué g-ritarm-e. 

— si lo sé... ¿quieres que te prepare una chocolatada, cariño? 

— sí, por favor —asintió, estirando sus brazos, haciendo una señal de "uppie".

el chino toma al contrario entre sus brazos, tal cual como si de un cachorrito se tratara. y los dos, comparten el perdón y la felicidad nuevamente, como ellos siempre lo hacen.