;; 𝒏𝒐𝒃𝒐𝒅𝒚, 𝒌𝒖𝒏𝒉𝒂𝒏𝒈'𝒔 𝒑𝒂𝒔𝒕

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No tenía a nadie a su lado, apenas sus tres ocupadas hermanas mayores le hablaban, su madre pasaba preocupada por las cuentas y el dinero que faltaba, y su padre, abusaba de él constantemente. Recibía golpes, patadas, muchas veces fue a parar al hospital gracias a la ayuda de sus pocos vecinos confiables que podían entender sus gritos a la distancia. 

Las mujeres presentes en la casa no hacían nada para salvarlo, porque las familias machistas son así, con mucha lástima. 

Kunhang estaba solo en Corea, no hace mucho se habían mudado allí, él tenía a Jungwoo, Amber, Nayeon, Roseanne, y al resto de sus amigos universitarios, pero ellos no vivían cerca de él y no podía usar su teléfono en las noches, una regla del hogar. No sabía hablar el idioma coreano, entendía parte de este pero no sabía como comunicarse, no sabía a quién pedirle ayuda, con mucha suerte sabía hablar fluido inglés, pero nadie que era cercano a él lo entendía en absoluto.

¿Entonces a quién recurrir? No podría hacer nada para salvarse, y menos con lo que iba a confesar esa noche de cena familiar.  

— La cena, mujer, estoy muerto de hambre —le dice el hombre a la madre de los 4, pegándole una nalgada con una sonrisa cubierta en perversión.

Ese es el señor Wong, el "machito alfa". Machista y homofóbico, todo lo malo del mundo se junta en solo una persona. Alcohólico con impulso. Muchas veces violó a su mujer, y entre esas violaciones nació Kunhang, Dios que horrible todo eso. 

— «Viejo de mierda...» —piensa su hijo, sentado en la mesa junto a sus hermanas. 

— ¿Hangie, estás bien? —le pregunta la mayor de ellas, mirando su rostro nervioso y algo enfadado.

— E-Eso creo... Pero sí, hermana, estoy bien, no te preocupes por mí —sonrió como mejor podía, la mirada de su padre se fijó en el apenas pudo escuchar su argumento. 

— Deja de hablar como un marica, Kunhang. Es mejor que veas fútbol, o que veas cosas de hombres, no termines siendo de esos malditos maricones de por ahí —rio el hombre, tomando de su cerveza, viendo como su mujer traía la cena. 

Y hubo un silencio después del comentario. 

Tan pronto como llegó la cena, todos empezaron a comer, y el que más rápido comía era Kunhang. Estaba tan ansioso por contarles lo que le pasaba, algo que solo sus hermanas y madre sabían, estaba incluido en el grupo que su padre había denominado como "malditos maricones de por ahí", estaba saliendo Dejun, un hombre mayor de edad que trabajaba en negocios y que sobre todo, amaba mucho, tal como él lo amaba a de vuelta. 

— Tengo algo que confesar —dijo, levantándose de la mesa. Su padre, hermanas y madre lo miraron, las mujeres con mucho nervio, y su padre fulminante—. Papá.... Soy gay.

— ¡¿DISCULPAME?! —pregunta furioso el padre, poniéndose de pie.

— Eso, soy gay, me gustan los hombres, estoy saliendo con un hombre actualme- —un puñetazo de parte del padre del menor llegó a su nariz, esta vez todos reaccionaron.

— ¡¿Acaso ustedes, mujeres, sabían de esto?! —pregunta, todas asintieron sin temor—. Ustedes... Desobedecieron a la regla de contarme... Ustedes tienen la obligación de decirme, ¡KUNHANG NO PUEDE SER UN MARICÓN, ÉL ES UN HOMBRE DE MI SANGRE Y ESO NO ES POSIBLE!

Gritó el machista, después se armó una discusión entre los padres, sus hermanas estaban en el consuelo de su hermano menor, revisando el estado de su nariz, suerte que la mediana de ellas había estudiado medicina. Caos, guerra, sangre. Una ciudad toxica y opresora que no tenía fin. 

El timbre interrumpió la discusión de los padres, la nariz sangrante del chico, la madre fue a ver quién era. 

— Buenas noches, señora Wong. 

Esa voz era única, el saludo el novio de Kunhang le dio una sonrisa al herido, el mayor le entregó un pequeño ramo de flores de regalo, el machista intervino entre ellos con la cara roja de ira. 

— ¿Tú quién eres? —pregunta, con las venas del cráneo infladas. 

— Soy el novio de su hijo, Xiao Dejun. ¿Dónde est-? ¡Dios mío! ¿Estás bien, cariño? —apenas vio a su pareja tirada en el piso con la nariz sangrante, entró desesperado para salvarlo, se dio a preguntar por el agresor, apuntó al padre—. Usted... ¿Hizo esto?

— ¡JAJA! Sí, es un maricón que tiene mi sangre. Gays, son todos unos malditos. ¿De verdad crees que puedes golpear a un hombra tan fuerte como yo? —se burló. 

— Claro que sí. Usted es un padre abusivo, con su hijo, con su familia, con mis cuñadas y mi nuera. A usted le parece correcto lo que no, así que, sí, tengo el derecho a hacer lo mismo con usted —su tono amigable se cambió a uno grave y desafiante, el mismo padre tembló del terror, antes de recibir su bien merecido.

¡PAM! Una patada en el estómago, un golpe en su mentón para aturdirlo y una golpiza en la nariz fue más que lo suficiente para dejarlo en un estado bastante serio sobre el suelo. Las hermanas del menor se esfumaron para irse a encerrarse a su cuarto, el cuadrado de seguridad personal, la madre quedó allí para aclarar un par de cosas con su nuero e hijo. 

— Cielo, es mejor que te vayas de aquí. Tu padre estará demasiado enfadado cuando despierte —dice la mujer, colocando su mano en la mejilla de su hijo, secando un poco la sangre de su naricilla roja—. Estarás más seguro con Dejun. 

 — M-Ma... Quiero estar con ustedes —sus pequeños ojitos se llenaron de lágrimas, su cabeza descansaba sobre el regazo de Xiao, el que acariciaba sus cabellos para tranquilizarlo un poquito.

— Amor, tu padre estará dormido por un par de segundos más... No tenemos mucho tiempo más para decidir.

— Dejun, cuida mucho de mi hijo. Váyanse de aquí, yo me quedaré aquí. 

— N-No... Mamá, ¡Mamá! ¡¡MAMÁA!! 

Gritaba desconsolado sobre los brazos de su pareja, arrancaron los dos a toda máquina, Kunhang renunció a su familia sin pensarlo, y hasta el día de hoy, podría jurar que sigue escuchando los llantos de su madre en su cabeza en las noches. La extraña mucho, y supone que ella hace lo mismo.  

daddy and baby → xiaodery.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora