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Hyunjin suspiro por octava vez desde que se  sentó en la mesa a desayunar con su madre y hermana, las amaba, de eso no había duda, pero en algún momento ambas mujeres sacarían de quicio al único hombre del hogar.

Y es qué, la menor de aquella casa, llevaba insistiendo con sus ideas locas desde hace ya dos semanas, y no es que a su hermano mayor le desagradará acompañarla en sus locuras, pero esta vez, simplemente no tenía ganas.

Yeji quería ir al circo que había llegado a la ciudad el mes pasado, darían su última función el fin de semana, y la pequeña Hwang moría por ir, aún sabiendo que a Hyunjin le aburren en demasía los circos y cosas parecidas.

En su infancia, Hyunjin había ido a milenares de lugares recreativos, cómo lo eran los parques de atracciones, circos y casas embrujadas, nada le parecía entretenido, ni le causaba ni una pizca de temor, aún así iba porqué a su madre le hacía ilusión.

Cuándo Yeji nació, Hyunjin finalmente se liberó de su hiperactiva madre, ya que esta, había conseguido otra victima para sus alocados paseos.

Sin embargo, poco le duro, porqué ahora, con dieciocho años, tenía a su madre y hermana de doce años rogándole con ojos de cachorrito atropellado que las acompañará al circo.

— No entiendo porqué necesitan mi presencia allá, ¿no pueden ir ustedes solas? - acotó, terminando el café por el que había optado de desayuno.

— Queremos que sea una salida familiar Hyunnie. - intentó convencer su madre, a lo que Hyunjin bufó.

— Podemos sentarnos en el sofá y ver alguna película, ¿por qué el circo?

— ¿Acaso te dan miedo? - retó su pequeña hermana de ojos oscuros. Hyunjin se mofó.

— No me dan miedo unos estupidos payasos montando en triciclos. - se encogió de hombros, levantando todos los platos que se habían ensuciado en el desayuno para lavarlos.

— Entonces, ¿que hay de malo en ir?, te divertirás.. - intentó nuevamente Yeji, formando un puchero bien pronunciado en su boquita, a lo que Hyunjin cayó.

— Bien, vamos los tres al circo, pero luego de eso, no me pidan salir más hasta tres años después. - finalmente se rindió y ambas mujeres celebraron contentas, canturreando "iremos al circo" por todo el hogar. El rubio solo rodó los ojos divertido antes de ir a bañarse y partir a la universidad.

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El fin de semana se acercaba, las entradas estaban compradas y la emoción en la casa Hwang crecía paulatinamente, ¿quién tenía doce y quién cuarenta y seis?, era difícil saberlo, ya que madre e hija parecían pequeñas niñas exaltadas por muchos caramelos.

Cada día que pasaba, le repetían al oído una y otra vez que visitarían el circo al acabar la semana, y a Hyunjin le estaba empezando a dar curiosidad aquel llamativo lugar, por lo que decidió investigar en su confiable fuente de inteligencia artificial: internet.

El circo particulier, no era nada más ni nada menos que un pequeño circo heredado por generaciones, uno que a la vista de Hyunjin era común y corriente, tan mundano que ni siquiera las personas subían videos de aquel, por lo que su curiosidad aumentó. ¿Cómo es que su hermana se enteró de aquel circo?, ni siquiera tenían una buena publicidad.

A penas se podían ver un par de cosas en su sitio web, pero más que eso, ni un pobre vistazo de su trabajo.

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Cómo nunca en su vida, Hyunjin sentía las ansias de llegar a aquella carpa que se veía a un par de metros, grande fue su sorpresa el encontrarse con una gigantesca fila esperando para entrar.

cirqueⴰ༢ ( Skz ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora