Sus ojos

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Él, capitán de el escuadrón de Operaciones Especiales, siempre rodeado de masacre y tragedia. Ella, su fiel subordinada dispuesta a entregar su corazón a la humanidad, con tal de liberar a la raza humana y exterminar a esos titanes que por más de un siglo han mantenido prisionera a las personas tras tres grandes muros. Ambos dos corazones confundidos que de manera indirecta se atraen mutuamente, pero que por una u otra cosa mantienen la distancia frente a la multitud, mientras que sus miradas desbordan pasión y ternura. Los ojos miel acaramelados de ella dicen todo lo que a sus labios les cuesta confesar. A través de ellos pasan unos ojos azul zafiro, que la perforan con la mirada y deja ver toda la lujuria y afecto que necesita demostrar. 

Él escuchó un pequeño golpe en la puerta, que interrumpió sus poco profesionales pensamientos.

-Pasa.

-Capitán, le traje su té. ¿Dónde lo dejo? -Ahí estaba una vez más. Esos labios finos y sensuales que invitaban a saborearlos cual caramelo, ese cuerpo pequeño y curvilíneo que parecía la entrada al paraíso, y sus ojos miel que invitaban fuertemente a pecar y tomarla, aunque fuese algo de lo que se arrepentiría eternamente.

-Petra, cierra la puerta.

-¿Eh?

-Es una orden, Ral.

-Está bien, capitán. -Vi como la cerraba léntamente la puerta, por lo que aproveché la oportunidad y la acorralé en mi escritorio. -¿Señor? -No esperé ni un segundo más y me apresuré a besarla, había esperado tanto por esto que me era imposible no hacerlo ahora. Sentí como tórpemente ella intentaba seguir mi ritmo, por lo que suavicé la intensidad y dejé que ahora ella me dominara. La tomé de manera posesiva y la apreté más a mi, causando un gemido ahogado por parte de ella.

-¡Mmmh! -Chilló rompiendo el beso, noté que su rostro se estaba sonrojando, causando un tierno tono carmesí.

-Dí mi nombre, Petra. -Le susurré volviendo a besarla, y mordiendo ligeramente su labio inferior.

-¡Le-Levi! -Gimió dulcemente. Rápidamente abrí su arnés para dar paso a su camisa, la cual abrí salvajemente para después romper la cinta que sujetaba sus redondos pechos. Tome uno de ellos entre mis dedos y empecé a masajearlo, y procedí a lamer el otro. Debajo de mi aún estaba Petra, gimiendo y temblando mientras me miraba de manera lujuriosa. Empecé a dar pequeños mordiscos y succionar su pecho mientras apretaba el que aún estaba en mi mano. Noté que había dejado una marca en la zona que mordí, cosa que me produjo satisfacción.

-Petra. -Me detuve y noté como me miró, con los ojos llorosos y las mejillas sonrojadas. -Ven a mi habitación en un rato, no te lo digo como tu capitán, así que si no quieres, puedes no venir. -Hice una pequeña pausa. -Pero si decides venir, seguiremos con esto. -Dije tocando la marca que había dejado en su pecho, la cual seguía húmeda.

Ella se quedó callada, solo me miraba con confusión y curiosidad. Me levanté y acomodé mi camisa, tomé el té que aún estaba al lado de la puerta y salí de mi oficina rumbo a mi habitación, con una sonrisa de sastifacción y tomando un sorbo de té, seguro de lo que haría esa noche.


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¡Hola, hola! Lamento la ausencia, pero ya entré a la universidad, y me tiene totalmente ocupada. Además he estado trabajando en mi primera historia original, y en un libro de one-shots y/o drabbles de otro ship que me gusta mucho (es de un juego, así que será algo nuevo jejeje), espero que este drabble os guste, ¡y espero lograr estar más activa! ♡


Junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora