VI

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She had a face straight out a magazine.
God only knows but you'll never leave her.
Her balaclava is starting to chafe.
When she gets his gun he's begging, babe stay, stay.
Stay,stay, stay.

Robbers - The 1975

***

Alcé mi cabeza y sobre mí estaba una chica que no dejaba de reirse. Levantó la mirada, era extremadamente hermosa.
Y todo era cámara lenta.
Los ecos.
Sus facciones.
Los latidos.
Mi mente la transformó a algo conocido pero que jamás había asimilado.
Ni siquiera puse atención a lo demás, nuestras miradas estaban fijas en las del otro y estoy seguro que yo estaba sonriendo.

Estaba disfrazada como el Soldado del Invierno, para mi gusto muy buen disfraz.
Sus ojos eran marrones y llenos de pestañas y se hacían chiquitos al compás de su risa.
—¿Estás bien?—me preguntó algo preocupada sin salir de su emoción.—¿Te lastimé Perdóname.

—No, tranquila estoy bien—sonreí apenado. Ella me ayudó a levantarme. Y nos quedamos ahí parados.

Olía ligeramente a alcohol. Sus ojos estaban algo rojos, parecía haber llorado y no sabía si el rimel corrido era parte de la esencia de Bucky Barnes o era su maquillaje de ella.
Me encantó todo el disfraz, sus pantalones de soldado negros, sus botas, su pechera pero su brazo de metal se llevaba más palmas. Obviamente no era real, pero ese disfraz era increíble.

—Perdón estaba haciendo chistes sobre una situación hipotética—arrastraba un poco las palabras pero se mantenía firme.

No necesitaba volver a verla para saber que era una chica completamente distinta a las demás, físicamente hablando.

—¿Una hipotética que sí pasó?—me interesó saber.
—Algo así, pero acabo muy bien y estaba...¿Celebrando?—me miró y sonrió.—Gran disfraz Turner

—Lo mismo digo, Barnes—esperen. Estoy hablando con una chica que no es Alizée. Sentí un pequeño espamo.
—¡Parrish! ¡Joder casi nos matas del susto!—la reina apareció con Simon a su lado, ambos con cara de asustados—¿Quién es? ¿Te hizo algo? ¿Lo tocaste?

—Cálmate por favor—le detuve porqué estaba hablando muy rápido—Fue un accidente, ella cayó de...allá.
Los dos voltearon atrás.
—¿De las rejas?
—Sip—asintió la desconocida—Ey, que originales, me encantan sus disfraces.

Alizée la miraba con cara de sarcasmo e irritabilidad, bueno, como si estuviera viendo algo patético.

—Esta ebria—señaló
—¡Ay que dices!—reía la otra.
—No puede regresar así a casa—dijo Simon entre nosotros—Ni dejarla así.
Los tres vimos la atmósfera que nos rodeaba y algunas miradas estaban sobre nosotros, lo cuál me puso muy nervioso y tragué saliva.
—Tiene razón—dijo Alizée—Hay que llevarla a su casa, este territorio es ideal para que alguien le haga algo. Ya no hay nada que hacer aquí. Esto apesta.
Un ruido estruendoso detrás de mí se hizo presente y una pelea entre un zombie y un intento de vampiro comenzó a hacer el desastre.
Aprovechamos para colarnos y regresar por dónde habíamos venido.
Corrí a buscar mi mochila a dónde estaba antes, y la encontré.
Alizée casi casi me saco del cuello de mi sudadera porqué las cosas ahí dentro de iban a poner terribles.
Ahora éramos cuatro adolescentes corriendo entre las calles buscando transporte.
—Rayos, perdimos el último tren—señaló Simon llegando a la estación.
—¿Qué hora es?
—La 1:00 am
Casi grito. Era demasiado tarde.
¿En qué momento?
Mamá me iba a matar.

—Hoy es Viernes, cierran a las 2:00—analizó la desconocida que iba a mi lado.
—Es cierto...¿Y a dónde la llevamos?—preguntó mi amigo viéndome.
—Supongo que a su casa—dije confundido.
—No seas ridículo, pregúntale—susurró Alizée—Iré a comprar los boletos.

La canción detrás del libro. [James Phelps] // Escribiendo LIBRO 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora