VII

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I'm walking fast through the traffic lights
Busy streets and busy lives
And all we know is touch and go
We are alone with our changing minds
We fall in love 'til it hurts or bleeds, or fades in time

And I never saw you coming
And I'll never be the same.

State Of  Grace - Taylor Swift

***

Estaba corriendo entre los coches, no sentía miedo, ni presión. Estaba feliz, me reía a carcajadas, era un sueño, pero yo aún así sentía la brisa del aire en mis mejillas.
Era de noche.
Y entonces la escuché, la risa.
Volteaba y ahí estaba ella, la chica de anoche, estaba sonriendo igual y corría a mi lado.
Nunca nos cansabamos y parecía ser un bucle.
Y justo me llamó por mi nombre cuando me desperté.

Después de terminar mi sueño, por fin mis ojos se empezaron a abrir.
La pesadez que me giraba y me pisaba la cabeza era evidente.
Estaba en mi cama, me asomé al piso y ahí estaban Alizée y Simon, tan perdidos como yo.
Ni siquiera me acuerdo de como llegué o si mi mamá estaba.

Me levanté con cuidado, camine a la cocina y olía tremendamente bien. A tocino, pan, chocolate, salchicas y miel.
No pude evitar soltar un suspiro ante ese delite.
—Buenas tardes—habló la voz de mamá con un tono particular. El de la sorpresa irónica.
Fue cuando mire el reloj de la casa y comprendí. Ya eran pasadas de las 12:00 del día.
—Mamá—se me salió el titubeó.—Buenas....tardes
Seguía entretenida terminando de cocinar cuando volvió a verme, y no parecía muy contenta.
—¿Qué tal anoche?
—B-Bien. Muy amena la noche...
—Me imagino que tu cuarto apesta a alcohol y cigarros—se me apretó sola la garganta.

Realmente no me había percatado de eso.  Al menos yo no lo sentía o bueno, olía.
Por instinto me olí mi camiseta de la pijama.
—¿Qué te está pasando James?
—No es lo que crees, de verdad.
—Mi nariz dice otra cosa y también la hora a la que llegaron.

Pasé mis manos por mi cabello, realmente estaba en problemas. Era muy difícil ver a mamá enojada.
Aunque yo supiera queno pasó todo lo que pasa por su cabeza en estos momentos.
No necesitaba que me dijera más.
—Coman algo, estaré en mi habitación. Hablaremos en la noche.—sentenció saliendo de la cocina.
Suspiré y me imaginé que otra cosa sería si me hubiera dado cuenta de la hora a tiempo.
Regresé por dónde vine  y me tiré en la cama y me siguió Alizée quién se recargó en mi antebrazo.
Mirábamos al techo, perdidos.

—Estoy muerto—dije.
—Y yo castigada—nos quejamos mutuamente.—¿Qué fue?
—El olor a alcohol, cree que bebí y que le miento...¿Y tú?
—Porqué no llegué a dormir.

Rayos.

Simon salió del baño con su cabello revuelto, estaba más despierto que nosotros dos juntos.
Y él se notaba muy tranquilo, y como no. El desgraciado no tenía de que preocuparse si su mamá ya sabía que estaba aquí.
—¿Como se sienten?
—Bien—respondimos monótonos
—¿Vamos a estudiar hoy?
—No—contestamos igual
—Bien
A continuación se acostó en la cama con nosotros.
Lanzamos quejidos que se unieron en uno.
La vibra del cansancio era obvia y literalmente se respiraba.
—A la mierda la escuela—soltó lentamente mi amigo.

(...)

Minutos después estábamos comiendo los tres en silencio, realmente era necesario volver a sentirme "a salvo" entre el sabor de mi almuerzo.
Quería encontrarle un buen sentido a la situación, pero no la había.
El buen humor de noche, casi, casi se estaba extinguiendo.
Casi.

—Me di cuenta de que perdí uno de mis anillos—hablaba Alizée
No contesté, pero repasé de nuevo todo lo que había pasado. Lo único que había sacado fue mi libro.....
—¡Mi libro!—exclamé saltando de la silla para ir a mi mochila. La abrí con desesperación y si ya me sentía mal de haber decepcionado a mi mamá, me sentí aún peor al ver que no estaba mi libro.
Entre en pánico total.
—¿Lo perdiste?
—Anoche lo saqué en el metro, intenté leer, pero lo volví a guardar después....¡Y ya no lo saqué! ¡Ay no!
—¡Parrish, tranquilízate!
—¡Ese libro pertenece a la biblioteca a la que voy! ¿Qué le voy a decir a Lou?
—¡Eso te pasa por ayudar a extrañas a llegar a casa!—ironizó la rubia pintada de rosa alzando los brazos. —¿Saben que? Tengo que irme, mamá me va a matar si no llegó antes de las 3:00pm.
Los veo el Lunes.

Se despidió de nosotros. Ya nadie acabó de almorzar.
En lo que Simon se arreglaba, me metí a la tina.
Y me sumergí.
Tenía muchas razones para quedarme ahí abajo, pero sólo una para salir.
Taylor Swift sabía lo que quería decir.

(...)
Bueno ahora tenía que llegar antes de las 10:00 pm.
Evidentemente no puedo salir con nadie, Simón no cuenta.
No pude demostrar ni convencer a mi mamá sobre lo que pasó esa noche.
Evidentemente no le conté mi travesía por París.
De eso a nada, era mejor que nada.

En el Colegio todo parecía normal.

André regresó a su humor habitual y le tiró el almuerzo a un chico que estaba a mi lado en la fila.
Era demasiado perfecto para ser verdad.

De nuevo regresé a mi patética vida.
Saliendo de las clases, fui a dejar a Simon cerca del centro dónde trabajaba su papá. Yo no cambié de ruta, me dirigí a La rue étroite, iría a poner mi cara de idiota frente a Lou para decirle que perdí un libro, y uno importante.
El lugar estaba casi escondido entre las calles.
Parecía un edificio súper viejo,de color hueso, detrás de la puerta ya olía a libros.
Era muy estrecho,pero había mesitas en la planta baja y en el primer piso.
Cuando entre Lou, una señora de aspecto alegre a pesar de que los años se le notaban en sus tiernas arrugas de las mejillas, me sonrió al verme entrar.
—¡James, querido!—fue hasta mi  con los brazos abiertos—Ya me tenías muy sola aquí, hace mucho no vienes.
Jamás conocí a mi abuela, pero Lou era lo que yo quería pensar como era.
Otra razón por la que me encantaba ir.
—Lo siento, últimamente he tenido unos cuantos percances, pero vendré más seguido.
—Las veces que quieras mi niño—me sonreía con esos ojitos tan llenos de vida.
No me dejó decirle sobre el libro de Madame Bovary, me dijo que escogiera el libro que quisiera porqué le habían llegado nuevos.
Subí a la primera planta, para perderme.

¿Pero como iba a agarrar uno cuando perdí otro que ni siquiera acabe?
Me senté derrotado en una de las mesas de madera. Tenía muchas ganas de escribir, aunque estás mismas se apagaban  porqué técnicamente no tengo inspiración.
Por un momento, volví a sentir como si el tiempo no fuera real, me quedé quieto. Y analicé.
Un olor a vainilla, muy familiar, me inundó momentáneamente. Negué pensando que ya estaba alucinando de nuevo. Mi vista giró  a las escaleras y vi esa melena color chocolate.
Hablaba con Lou.
Era ella.
¿Qué estaba haciendo en esa biblioteca? Y no era cualquiera, era  La rue étroite.
Cómo si yo no supiera controlarlo, mi pulso se aceleró y vi como salió.
Baje deprisa, cómo si quisiera alcanzarla o ver qué si era Thea.

Me detuve frente a la puerta de cristal. Y la mire cruzar abrazándose a ella misma.
No despegué la vista hasta que se perdió.
—¿Quién era?—pregunté aún teniendo el aroma entre mis sentidos.
—Oh, una chica que buscaba un libro,pero le dije que no lo tenía —habló Lou a mi lado.—Muy linda.

—Sí—afirme casi en susurro. No sé porqué no me movía de ahí. No quería.
Sentí un choque por dentro de mi cuerpo, involuntario.
Mi mente creó palabras y se quedaron grabadas.
No tenía dónde apuntar, pero no irían muy lejos.

—¿Te llevarás algún libro entonces querido?— después de un lapso Lou rompió el silencio.
Negué suavemente.
—No, Lou. Primero tengo que encontrar otro.

La canción detrás del libro. [James Phelps] // Escribiendo LIBRO 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora