Narras Tú:
Song Kang— ¿Entonces? — pregunto una vez Song Kang con fastidio ante la indecisión de sus hermanos. — ¿Gotcha? — Pregunto mirándome divertido
Tú— ¡No! — Todos rieron con mi grito de terror —Mejor vamos a... — me calle y me miraron intrigados
— ¿A dónde? — Pregunto Sune Hee con ansias
Tú—Suban a cambiarse y después les digo— estaba por correr hacia las escaleras al igual que los niños pero Song Kang me atrapo por la cintura.
Song Kang —No, No, No... — Sonrió perversamente —A mí me dices a donde vamos ahora mismo, si no, no sabré hacia
donde conduciré— hacia cariños con su nariz en mi cuello y mejillas.
Tú—No te preocupes... — le sonreí —Yo conduciré— como pude me libere de su agarre y corrí hasta la mesa donde estaban las llaves del auto.
Song Kang—Te las quitare de todas formas— dijo engreídamente mientras yo le presumía las llaves agitándolas con mi mano derecha.
Tú—No lo creo— le saque la vuelta y subía los escalones a toda velocidad pero fue inútil ya que antes de llegar a mi habitación me atrapo acorralándome contra la puerta.
Song Kang—Dámelas— sonrió victorioso
tú—Gánatelas... — sonreí aún más agrandada y triunfante que él. Si quería me quitaba las llaves fácilmente pero elegiría ganárselas, nos convenía a ambos.
Nuestros cuerpos se acoplaron tal y como piezas de rompecabezas y sus manos se posicionaron en mi cintura. Nuestros pechos aún se contraían y expandían con rapidez por la carrera de hace segundos.
Comenzó a besar mi cuello, estos besos prácticamente me quemaban por dentro. Hacían estallar mis hormonas, hacían que solo con el roce de sus labios mi cuerpo se pusiera a temblar. Subí mis manos a su cuello y lo acaricie tan lentamente levanto su mirada hacia mí y unió nuestros labios.
—Ya estamos listos— rápido gire la perilla y me metí en la habitación.
Song Kang— ¡Eres una tramposa! — grito girando la perilla pero ya le había puesto seguro. Me cambie a la velocidad de la luz { } deje mi fleco recto y deje que se hicieran las naturales ondas en mi cabello ya que aún estaba húmedo por la ducha de en la mañana.—Espero que no nos lleves a un salón de belleza o un aburrido spa— dijo Kang mirando por la ventana del copiloto
tú— ¿Cómo adivinaste? — Pregunte con excesiva emoción —Iremos a hacernos manicure, pedicura, nos pondremos mascarillas y...
Song Kang —Aquí mismo me bajo— dijo Kang abriendo la puerta con el auto aun en movimiento
tú— ¡Estás loco! — Le grite por abrir la puerta en plena avenida y la cerró.
Song Kang—Tú estás loca si piensas que entrare a un lugar así— carcajeé
tú—Era broma— rodo los ojos —Y aunque quisieras... No te dejarían entrar— reí —No sin antes llamar a seguridad y que te hagan pasar por un detector de metales— los pequeños se unieron a mi risa. El solo soltó un sarcástico 'que graciosa'Tú—Llegamos — les dije estacionándome frente a un gran edificio gris con detalles en blanco de dos pisos
— ¿Que es aquí? — volteé a ver a Kang indignada ante la pregunta de Sune Hee
Tú— ¿Nunca los has traído? — pregunte en tono de reproche.
Song Kang — ¿A una bodega? ¡Para que!
Tú—No es una bodega— le reclamé —Vengan— me baje del auto y me miraron desconfiados — ¿De verdad nunca habías venido? — le pregunte sorprendida.
Song Kang —No— contesto pasando su brazo por mi cintura apegándome a él.
Entramos y un leve frio nos envolvió. Era una pista de patinaje de hielo.
Sune Hee— ¡Wow! — Sune Hee se emocionó al ver la enorme pista blanca — ¿Vamos a entrar? ¿Sí? ¡Anda Kang vamos! — Tiraba de su brazo y Jung se le unió
tú—Hey Hey— les llame y voltearon a verme atentos —Es más que claro que no vinimos a ver solamente— ambos corearon un '¡Wii!' caminamos hacia la taquilla para pagar las entradas y que nos dieran los patines.
Song Kang—Tres— pidió Song Kang y lo mire entrecerrando los ojos.
tú—Cuatro— corregí
Song Kang—Tres— repitió
tú—Cuatro— le sonreí al señor que comenzaba a fastidiarse
SongKang—Solo tres— me miró fijamente
tú—Solo dos entonces— me di la media vuelta molesta y escuche como maldecía en un susurro.
Song Kang —Cuatro— dijo finalmente y una sonrisa triúnfate apareció en mi rostro. —Eres una chiflada— susurro en mi oído abrazándome.
Tú—Lo sé— tome su mano entrelazando nuestros dedos para después caminar hacia los niños que miraban a través del cristal a las demás personas patinando.
Fuimos hacia el mostrador y entregamos los cuatro tickets, pusieron cuatro pares de patines sobre este y cada quien tomo los suyos.Una vez listos esperábamos en una banca a que el tiempo de los que estaban en la pista terminara. No había muchas personas esperando, eran máximas algunas diez. Un fuerte sonido semejante al de un silbato indico que era hora de salir, después de esto un señor alisó la pista.
Song Kang — ¿Quieres que te ayude para que no te caigas?— levante una de mis cejas y lo mire retóricamente
tú— ¿No querrás mejor que yo te ayude a ti?— le dije sonriente y carcajeo. Me di la media vuelta y me interne a la pista, si había algún deporte que me gustara era el patinaje. Me miro sorprendido ante la facilidad con la cual me desplazaba en el hielo.