Su mano en mi cuello iba apretando suavemente pero muy firme notaba como me quedaba sin saliva y como el aire entraba menos.
La sensación de escalofrío me recorrió el cuerpo, las piernas se me aflojaban y cogí hasta la última gota de aire que pude para mantenerme despierta lo miraba a los ojos sin cerrarlos para que tenga presente si ésta era la última vez que me miraba me recordara con fuerza y sin miedo ante él. El corazón latia más deprisa y ya no respiraba esos minutos parecían eternos.
- Baja la mirada, me dijo despacio.
Yo no lo hice y el insistió, al ver que no lo hacía me soltó.
- Eres fuerte pero más vulnerable a mi.
Deje que pensara eso sí yo sabía que no era así me valía.
Cogí todo el aire que pude e hice de cuenta que no pasó nada aquel momento fue desaparecido para crear en su mente que no pasó.
- ¿Queres tomar algo? Le pregunté.
- Sí, poneme un whisky con dos hielos. Me respondió.
- Voy a la cocina por hielo, y me fui no sólo a por hielo.
C tenía muchas pastillas para dormir, antidepresivos, relajantes, y estaban en la cocina, así que fui y mientras buscaba los hielos sólo pude agarrar una cualquiera sin mirar siquiera la rompí con la mano y la puse en la cubitera así cuando ponía los hielos en el vaso ponía la pastilla también.
- Acá está el hielo, le dije
- Acercate, me dijo y fui hacia él como si nada, me agarró de la nuca y me dio un beso en la mejilla.
Me regresé hacia los vasos y serví un whisky el más oscuro que veía, lo mezcle para que la pastilla se disuelva disimuladamente y le lleve el vaso.
- Brindamos... le sugerí.
- Sí, por tus días aquí, me dijo con un gesto de sarcasmo. Mientras tenía un tic que delataba su ansiedad.
" Te equivocaste al traerme y te quivocaras más al llevarme de vuelta".
Lo observaba mientras se tomó el whisky de un trago.
- Serví otro y lo tomamos de una vez, dijo C.
- Sí, si, y sin dudarlo serví otro de inmediato.
Hice como si me atragantaba y me lo tire encima. Pero el que era mi objetivo se lo bebió sin derramar ni una gota. Yo sonreía y le dije:
- Voy a poner un tercero a ver si puedes con el.
- Poné, pero a ti el doble que el anterior no lo tomaste. Jejeje
- Bueno está bien... Respondí.
En cuanto me di la vuelta para servir otro lo observaba de reojos y él se iba quedando quieto los ojos se le cerraban. Y quedó tendido en el sillón.
Llevaba dos días sin dormir era normal que quedará sin problemas así que me acerque despacio a oírle como respiraba y a ver si escondía algo debajo de él.
Cuando me serciore de que estaba totalmente dormido revise la casa de arriba a abajo parte por parte. Y abrí todo lo que pude no entraré en detalles de lo que encontré pero desde luego era más que un simple narcotraficante. Tenía todo lo suficiente para saber que volvería a casa.
El como era más difícil pero estaba convencida de que saldría de allí.
Me senté delante de él en la alfombra mirando como se despertaba y fue abriendo los ojos poco a poco estirandose y dijo mi nombre.
- ¿Qué haces sentada ahí? ¿Me quedé dormido?
- Bueno un poco, yo creo que el alcohol con horas de sueño no son buenos para estar despierto más noches.
- ¿Qué hiciste mientras dormía?
- La verdad es que nada, dar una vuelta por la casa y salí fuera a sentir la brisa de la noche y la mezcla de la salina que se puede oler sumado al ruido de las olas del mar, fue relajante y me hizo saber donde estaba.
Mientras tu dormías pude descubrir algunas cosas guardadas tuyas, y te puedo asegurar que no quieres saber de qué se trata. También hice una llamada para que sepan donde estoy, mi madre estaba preocupada porque no la llame así que le dije que mañana nos vamos de vuelta. ¿Te parece bien? Supongo que sí.
Con su cara de sorprendido corrió hacia la barra de bebidas.
- Lo que estás buscando ya no está ahí así que será mejor que te pongas cómodo y o bien hablamos o simplemente escuchamos música hasta mañana.
El no puso objeciones y nos pusimos hablar, sonreía pero yo no le sacaba la mirada de encima.
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Silencio Oscuro
No Ficción" El silencio y la oscuridad unidas pueden destruir o construir"