30 dias OTP (Chéxico/Méxile)

Jugueteo con los dedos.

Hola! Hola! :D 

Como han estado? -3- 

Ya, después de dos semanas por fin mi cerebro pudo cooperar conmigo para traer otro capitulo de esta picante historia(?) 

Eso si, las cosas se pondrán un tanto dramáticas de aquí en adelante pero es porque, como siempre digo, trato de apegarme a la historia real lo más posible y pues ahora veremos la independencia de las colonias y todo lo que ello conlleva :D

Sin más, espero que disfruten del capítulo!

—0—

Nueva España estaba plenamente seguro y consiente de que no había sido el primero ni el único en notarlo a pesar de que el cambio no fuera tan evidente a ojos de algún despistado...

El Imperio Español, aquel country al que todas las colonias latinas del nuevo mundo le tenían sobresaliente respeto, sobre todo un gran miedo disfrazado de sumisión, se estaba debilitando gradualmente. Podían verlo en la forma en la que su rostro ostentaba esa sombra de macilenta pesadez que evidenciaban las pronunciadas ojeras negras, en el tono de su voz que parecía enronquecerse por momentos y quebrarse cuando no conseguía alcanzar los timbres deseados de autoritarismo; su cuerpo también pregonaba silenciosamente aquella transformación. La espalda se encorvaba cada vez con más frecuencia que antes, como si le pesara el solo estar de pie y haciéndolo lucir más pequeño de lo que realmente era, por no hablar de la sutil delgadez de su carne.

El paso del tiempo no perdonaba a nadie, los siglos le estaban pasando factura y las guerras no ayudaban en nada para menguar los pesares que parecían reflejarse en los apagados ojos verdes del europeo. Pero en donde el imperio parecía estar llegando a su inevitable atardecer, ellos comenzaban a vislumbrar los rayos limpios de un nuevo amanecer, una nueva esperanza que crecía poco a poco con más fuerza...

El novohispano no estaba seguro si era porque ahora todos parecían más ocupados en sus labores fuera de la hacienda, o tal vez por la poca supervisión del español en las américas, sea cual fuere el motivo ahora sus allegados presentaban cambios, pequeños o más notorios, en sus cuerpos. Algunos de sus hermanos habían crecido un par de centímetros, otros habían adquirido más masa muscular, en otros por desgracia no parecía haber nada nuevo en cuestiones físicas pero sí que tenían nuevas ideas, liderazgo y buen juicio a la hora de dirigir a su pueblo. Los años no habían pasado en vano y por suerte Nueva España podía dar buena fe de ello pues él no había sido el único que se benefició de esa buena transición.

Nueva Granada parecía tomar un papel cada vez más relevante en cuanto al liderazgo de la región sudamericana, al igual que Río de la Plata y Chile. Otros como Perú y las colonias caribeñas se mantenían más bien al margen de todo lo que sucedía alrededor de sus fronteras; pero esa sutil indiferencia no significaba que estuvieran cegados ante las nuevas ideas revolucionarias que llegaban del extranjero, todo lo contrario, algunos parecían objetivamente motivados a buscar un cambio. Nueva España por su parte se encargaba de supervisar que todo siguiera en orden mientras el europeo estuviera ausente; ausencias que se extendían por periodos cada vez más largos, algo que la colonia agradecía pues podía pasearse con mayor libertad por sus tierras, a veces en compañía de Chile, cuando el sudamericano no estaba ocupado también en sus propios asuntos políticos.

Fue precisamente en una de esas largas deserciones que el novohispano se encontró solamente en compañía de las pequeñas colonias centroamericanas, platicando pacíficamente con Guatemala acerca de las nuevas transformaciones que sobrevenían en el Imperio Español y de cómo aquello afectaba directamente sobre sus dominios americanos. También se había enterado de que al parecer esas ideas ya habían conseguido que Trece Colonias, uno de los muchos territorios protegidos por Gran Bretaña, hubiese proclamado exitosamente su independencia del capitolio central europeo, consiguiendo así ser reconocido como una nación independiente. Todo con la ayuda de Francia, por supuesto, pero la cuestión era que lo había conseguido finalmente.