Abrazo.

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Pues bueno! Aquí está el primer capitulo! :D 

La verdad no tengo planeado dilatarme más en introducciones pues creo que todos sabemos bien de que va este reto pero solo queda decirles que es el +18 así que ya están advertidos desde el inicio. 

Sin más, disfruten! 

—0—

Giró con hastío sobre su cómoda cama varias veces, primero mirando hacia la derecha, cambiando de posición hacia la izquierda minutos después. Nada, absolutamente nada, no podía conciliar el sueño con esa molesta tormenta que azotaba el exterior, con todos esos ruidosos truenos resonando sobre los cristales de las ventanas, rebotando en las paredes y haciendo eco en su mente. Nueva España chistó enojado, muy enojado, pues por la mañana tendría que salir junto al Imperio Español a revisar las tierras del norte y no quería lucir cansado.

Sin más remedio, aceptando su cruel destino de ser severamente reprendido por el Imperio nuevamente, la joven colonia se levantó de su colchón dispuesto a salir de su habitación para caminar un poco por los pasillos de la enorme hacienda; con algo de suerte, pensó, podría cansarse lo suficiente para volver a su recamara y disfrutar de unas cuantas horas de sueño antes de tener que levantarse. El pasillo estaba sumido en una angustiosa oscuridad, sin un solo sonido o movimiento, tan solo los truenos de afuera dándole un aspecto tétrico al lugar.

Ahora, si era sincero, la verdad era que siempre le pareció que aquel sitio era en sí mismo bastante tétrico, sobre todo con el Imperio Español encima imponiendo su voluntad y mano de hierro ante cualquier situación que encontrara inconveniente, lo cual era casi a diario. Nueva España caminó un par de metros entre la oscuridad, tanteando con sus descalzos pies las frías baldosas para evitar tropezarse con algo o patear cualquier objeto que estuviese por ahí tirado. Al girar en una esquina pudo distinguir a la derecha la puerta de Río de la Plata, uno de los muchos "hermanos" que vivían con él en aquella enorme hacienda, otros "protegidos" del Imperio.

O esclavos contra su voluntad, como la colonia prefería llamarlos...

Nueva España caminó en dirección contraria a la habitación de Río de la Plata, perdiéndose en el pasillo poco iluminado, milagrosamente, hacia la habitación de otro de sus compañeros; sintiéndose con más confianza gracias a la pequeña luz que emanaban las velas empotradas en las paredes, la colonia miró con curiosidad los retratos que adornaban aquel nuevo lugar por explorar, pues no solía recorrer con frecuencia esos lares a pesar de ya tener varios años viviendo ahí. El Imperio Español lo mantenía ocupado más afuera que adentro, llevándolo de aquí para allá, siempre mandándolo y exigiéndole.

Un nuevo trueno, más potente que los anteriores, resonó en la enorme casona, asustándolo por unos segundos aunque no lo admitiera abiertamente; Nueva España decidió que ya había explorado lo suficiente y estaba a punto de regresar a su habitación para intentar conciliar el sueño nuevamente cuando un pequeño sollozo llamó su atención. Era apenas perceptible, pero ahí estaba, y se escuchaba detrás de una de las muchas puertas plantadas en la pared. Supuso que debía ser la habitación de alguien, Perú tal vez, pero tampoco es que le importara realmente.

Nadie, ni uno solo de ellos, era lo suficientemente cercano como para entablar amistad sincera, al menos no que Nueva España supiera.

Aunque también estaba la posibilidad de que fuera un espíritu, de esos que cuentan las antiguas leyendas que había escuchado narrar a los pobladores locales...

Virgen santísima ¿Y si es la Llorona? —Habló para sí mismo, mirando la puerta con más recelo que al principio, sintiendo la idea de irse de ahí cada vez más tentadora.

30 dias OTP (Chéxico/Méxile)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora