[Lagrimas sin derramar][Libro I]

Parte 6 El gran viaje

Horas más tarde tanto los 4 guardias como Erik, comenzaron a despertar en el hospital, los guardias no eran mayores que el aunque frente a las 5 camas había una comitiva muy especial y "temida", un hombre de armadura roja , aspecto rudo , calvo y con unas patillas demasiado espesas miraba de brazos cruzados , mientras a su lado la dama roja con actitud pasiva y mirada severa miraba la escena esperando que estuvieran todos despiertos para empezar.

—Arriba cachorros de teta!, Los soldados se levantaron todos poniéndose a la derecha de sus camas firmes, con la cabeza alta y evitando el contacto visual  —sois lo peor de la guardia, mira que no poder contra una ladrona, UNA SOLA! , se paseaba por delante suya como un animal esperando atacar, si llega a ser una asesina ya tendríamos que estar cavando tumbas otra vez, os quiero en los entrenamientos los primeros y como faltéis... os mando de expedición con el viejo espino! . Los 4 le miraron con autentico miedo y Erik con curiosidad, levantándose tranquilamente.

—¿Que expediciones? En ese momento se dio cuenta de que el tenia una mañana mismo y entonces le entro el mismo miedo que a los guardias. — ¿A dónde me lleva?

—no son tan malas, si logras soportarle. En la última creo que perdió a su ayudante en el desierto y en la otra acabo hecho toda una dama. Empezó a reír con ganas añadiendo mas temor a la ya terrible situación.

Erik regresaba asustado a su hogar, todo apuntaban que no viviría mucho, según le estaban contando y mucho menos por tardar tanto en volver y perder el diario a manos de alguien que  lo quería en especial, aun tenía muchas dudas sobre si era alguien que le vigilaba o vigilaban al viejo, aunque más probable era al viejo pues era el dueño de todo eso.

Al entrar giro el picaporte y abrió la puerta de un empujón poniéndose a un lado de la puerta con la espalda pegada a la pared, con cautela previsora, pues por la puerta con una fuerza y puntería dignas de un maestro salió el bastón.  —ERIK!! . El grito sonó mas como un rugido y una mujer que pasaba cargada con su hijo en brazos se paro delante del asustado Erik

— Suerte y no se lo devuelvas si aprecias tus ideas. el niño le saco la lengua burlón a Erik y ambos se marcharon mientras con miedo iba a recoger el bastón que por poco parte el suelo, por la fuerza del golpe.

"vamos ... no puede ser tan malo, si se lo explico  y le nombro a la reina.." Pensaba  mientras caminaba hacia el escritorio.

— deja el bastón, en la mesa y tienes 20 segundos para explicarte

—La reina me necesitaba! . lo dijo lo mas rápido que su lengua pudo y después se cubrió con los brazos la cabeza temeroso de una reprimenda.

—¿La reina dices? ah bueno s es así , no pasa nada , haberte quedado mas y haberle contado que tal te queda la ropa nueva que te compraste y el corte de pelo que llevas, si a mi no me importa. Según hablaba Erik fue bajando lentamente la guardia mirándole impresionado.

—Mañana nos vamos de viaje a primera hora, quiero para entonces lo que falta recogido, si llega la hora y no lo está, bueno.... descubrirás por que me llaman espino. Al terminar la frase acerco su cara a la del joven mirándole a los ojos pese a no ver nada, haciendo que el muchacho no olvidase jamás esos ojos al igual que los de la ladrona.

—N-No señor no hace falta, me pondré ahora mismo. Librándose de esa delante y profunda mirada se fue a colocar todo ayudado por las arañas como la última vez.

Al amanecer con los primeros ruidos de la mañana el viejo espino, se levanto mirando a la ventana, un paisaje que nunca mas volvería a ver, pero que el mero gesto le reconfortaba, las botas, acostumbradas a su sitio, jamás se movían, un estiramiento acompañado de un bostezo y unos instantes en silencio  rígido, mirando la nada y antes de moverse a ningún sitio, arrugo la cara furioso y cogiendo el bastón fue hacia la puerta, secando las lagrimas por su profundo pesar que ocultaba tras esa fachada furiosa y tempestuosa.

Como si de una batalla se tratase, pese al orden, Erik dormía rodeado de unos pocos libros aun sin colocar, pero el sonido característico del bastón sobre la piedra fue suficiente para despertarlo y que en escasos segundos estuviese todo colocado.

—A desayunar, lo necesitaremos, el camino es largo y no podremos transformarnos, ordenes de la reina, lleva razón, pero mas conseguía cuando un dragón aterrizaba en sus palacios exigiendo cosas

—una pena, me habría gustado verle , seguro que es todo un señor. *dijo con la mejor de las intenciones.

—y lo veras, estoy deseando que te pongas, en plan oscuro para espabilarte a golpes . dijo riendo, mientras se sentaba a la mesa a esperar el desayuno

Tras un desayuno fuerte, ambos se cargaron con mochilas con lo básico para el viaje, alimentos enlatados, cantimploras y varios mapas, salimos juntos de la torre mientras al gente s despedían, amablemente y los niños les seguían hasta la puerta. Poco a poco llegaron a las afueras y después al final del reino, una gran llanura se abría sin más con arbustos pequeños y pocos árboles.

— el reino que vamos a visitar, no será tarea fácil, si llegamos, tendremos un duro trabajo por delante para poder convencerles de que se unan. El viejo cambiaba siempre el tono cuando hablaba de su trabajo, a uno en el que no parecía loco o un poco tan solo.

Y con el viento, ambos caminaron hacia el horizonte buscando su destino.