Capítulo 35

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*una vez en la planta baja*

Rusia: cómo fue que ese desastre se suscitó en mi país...
No lo entiendo, como fue que Moscú no estaba ni enterado mínimamente del desastre que estaba pasando en nuestro hogar...
*Decía bastante molesto mientras estaba dándose cuenta que no sólo estaba implicado él, sino también sus hermanos y era un problema ya de fuerza mayor*

Bielorrusia: Pasó muy de repente no tuvimos tiempo para hacer saber lo que estaba pasando, Moscú no lo noto por que el ataque no fue directamente a Él, la declaración llego al despacho de papá, fue él quien creyó que él podría hacerle frente a China por sí mismo para detener esta estupidez...
*Decía seriamente sentada en la sala con una pierna cruzada mientras a su lado estaba el Irlandés bastante preocupado por lo que podría significar un enorme problema no sólo para él y su esposa, sino incluso para la vida de su pequeña hija*
Entiendes porque nos pone así el asunto con Finlandia no?
*Decía de forma seria mientras acomodando suavemente sus cabellos sueltos viendo a su hermano y posteriormente a los demás*

Rusia: entiendo y es claro, ahora 3 de nosotros somos casados y con hijos, no te ofendas Kazajistán, pero tienen razón, esta situación se nos está saliendo de las manos más rápido de lo que cualquier podría pensarlo...
*Decía seriamente mientras miraba a sus hermanos quienes especialmente Ucrania y Bielorrusia eran quienes más tenían miedo dado a que las vidas de sus pequeños podría verse amenazada si alguna cosa salía mal al enfrentarse a tales problemas*

Ucrania: En eso Rusia tiene la mayor razón, ya no es tanto por nosotros mismos, somos países fuertes, pero nuestra mayor debilidad ahora son nuestras familias, nuestros esposos y esposa y nuestros hijos, claro que atacarán lo que más queremos en todo el mundo... Que habrá que hacer para pelear contra Finlandia sin poner a nuestras familias en riesgo...
*Decía de forma seria antes de sentir las manos de Canadá en sus hombros, antes de verlo un poco para saber a lo que este quería llegar con sus acciones*
Canadá...

Canadá: tenemos que llamar a México, ella también se ve involucrada de forma indirecta en el problema que estamos tratando de resolver con alguien a quien el cerebro le funciona muy poco, Además ella podría ayudar...
*Decía de forma seria tomando con cuidado los hombros de su esposa antes de que está llamará a ONU para una junta extraordinaria dándole detalles de todo aquello que estaba pasando a sus espaldas*
Estoy avisando a ONU para que podamos recibir ayuda de ambos no queremos perder nada en esta pelea no queremos y no tiene el mínimo sentido...

México: *bajando después de oír todo lo que ya dijeron, se pone cerca de todos para verlos notando que efectivamente estaban ocultando algo*
Al menos avísenme cuando algo estén hablando que me involucre que yo andando en el quinto sueño que iba a saber...
*Decía de forma seria llegando al primer piso completamente bien con una camiseta puesta y dejando ver aquellos chupetones que tenía en el cuello*

Rusia: ahh México...
Lo siento estábamos hablando de bueno...
*Al ver que México estaba cociente de lo que estaba pasando con su familia y además de ello consiente de lo que eso podría acarrear para los más pequeños de aquella familia de la que ya era parte después de tal petición el día anterior*

México: entiendo perfectamente lo que pasando ahora mismo y me temo que a este punto lo más que podemos hacer es escuchar lo que tiene ONU para decirnos, aunque nosotros somos ya potencias, me temo que esto no solo nos llevara a nosotros a un enfrentamiento bélico, si no se soluciona del modo correcto, si no que arrastrara posiblemente a los inocentes como nuestros hijos...
y sé que ninguno de nosotros desea que pasen por lo que nosotros tuvimos que pasar en la segunda Guerra mundial...
*decía de forma seria quedando de pie contra uno de los muros de la casa mirándolos a todos con seriedad, ella siempre había sido así y eso lo sabían claramente los rusos, ella en asuntos como esos se remontaba a las batallas en las que estuvo precisamente para que otros no tuvieran que vivirlas como ella*

Comiendo Por DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora