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Sentía la brisa primaveral golpear su rostro, el olor de las flores de cerezo invadía sus sentidos.
Ese jardín era el único lugar donde podía sentir un poco de libertad dentro del palacio, podía leer, cantar y hasta dormir sentado bajo la sombra de ese árbol. Era donde podía estar solo e imaginar aunque sea por un momento que su vida no era horrible, que no era un prisionero.
Además, era una de las únicas oportunidades que tenía para estar con él.
No sabe en qué momento se había comenzado a fijar en el guardia que el rey había puesto a vigilarlo, pero simplemente fue inevitable. Su corazón se aceleraba cada vez que sus ojos se encontraban.
Fueron pequeños detalles los que lo hicieron caer por él y es que simplemente era perfecto, lo trataba como nunca nadie antes lo había hecho, se preocupaba por él y eso simplemente era suficiente.
Se preocupaba de que comiera aún en esas ocasiones en donde creía que pasar un bocado era imposible, porque odiaba estar solo. Y él siempre le hacía compañía.
Se aseguraba que nadie estuviera cerca cada vez que Seoho quisiera leer o cantar, porque sabía cuanto el rey odiaba que lo hiciera, había recibido más de una paliza por desobedecerle, pero Geonhak siempre estuvo ahí para él, aunque no pudiera hacer nada para impedirlo, siempre estaba ahí para curar sus heridas y su corazón roto.
Cómo desearía ser otra persona, haberlo conocido en circunstancias distintas, ser capaz de darle todo de sí.
Quería congelar el tiempo, quedarse así, con su cabeza apoyada en el hombro de su amante, su alma gemela, mientras juntos tarareaban una de las melodías que Seoho había escrito para ambos.
Pero sabía que era imposible, era demasiado arriesgado para ambos el estar así, juntos.
Sin embargo, Seoho quería intentarlo, después de todo no tenía nada que perder.
Solo quería ser feliz por una vez en su vida.
Y sabía que sólo podría lograrlo estando al lado de Geonhak.
Cuando abrió los ojos, no pudo hacer más que abrazarse a sí mismo, dejando salir las lágrimas acumuladas, con la esperanza de que aliviaran la presión en su corazón, conteniendo sus sollozos detrás de su mano.
Había pasado un tiempo desde la última vez que había tenido uno de esos sueños, desde que comenzó a salir con Geonhak, estos se detuvieron.
Y era inevitable que dolieran más ahora que ya conocía al dueño de sus sueños.
Ya ha transcurrido cerca de un mes desde que comenzaron a verse, aún no oficializaban nada pues se estaban tomando las cosas con calma, pero la compañía del otro se había hecho indispensable.
Geonhak iba a la cafetería siempre que podía para verlo, en ocasiones, cuando la universidad lo consumía, lo recogía al termino su turno, paseaban donde fuera, cenaban y lo acompañaba a su departamento a pesar de vivir casi al otro lado de la ciudad.
Hacían cosas simples, pero lo único que realmente les importaba era estar juntos.
Y es que simplemente, Seoho se sentía completo. La primera vez que se atrevió a tomar la mano de Geonhak mientras caminaban por la orilla del río Han, el ver la tímida sonrisa que el otro le dedicó, fue suficiente para abandonar todo miedo en su corazón y entregar todo de sí. Se sentía correcto, como si fuera lo que estuvo buscando toda su vida.
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TALKING TO THE MOON | LEEHO
FanfictionSeoho seguía con sus problemas de insomnio. Y lo único que lograba calmarlo, era hablar con la luna, con la esperanza de ser escuchado desde el otro lado... •Pareja principal• °Leeho/Seodo (Leedo × Seoho)° ▪︎Drama. ✖Advertencias✖ •Contenido Homosexu...