Capítulo 11

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Park Joy

Era de noche y me sentía mareada. Después de hablar y conocer a Irene nos despedimos de ella y entramos a casa, des de encontes me siento mareada.

- Vamos a cenar y luego a dormir - ordenó Jennie.

Las tres entramos al comedor donde nos sirvieron la cena, donde nosotras insistimos a que todos se sentarán a cenar con nosotras, cosa que al final aceptaron y acabamos teniendo una cena divertida.

Minutos después les ayudamos a recojer la mesa y Jennie se quedó a ayudar a lavar los platos, pero yo y Yeji subimos a nuestras habitación. Yeji porque tenía mucho sueño y yo porque me encontraba mal.

Me di un baño y luego me puse el pijama para luego bajar de nuevo a preguntarle a Jennie si tenía alguna pastilla para el dolor de barriga.

- Creo que tengo algunas en mi bolso - empezó a subir las escaleras - Ven - la seguí.

Entramos a su habitación y me dió las pastillas. Pero no sin antes preguntarme si me encontraba bien o si quería que me llevara al hospital.

- No, gracias Jen - le respondí - Si mañana me encuentro aún mal, iré al médico.

- De acuerdo - me abrazó - Descansa.

- Gracias - cojí las pastillas y salí.

En mi habitación me las tomé y me fuí a dormir.

Chou Irene

Estaba sentada en la mesa cenando junto a mí familia.

- ¿Donde fuiste hoy? No te vi en toda la tarde - preguntó mi madre.

- Estaba con las vecinas de al lado - contesté con una sonrisa, de verdad que esas chicas me caían muy bien.

- ¿Y que hicieron? ¿Son buenas chicas? - preguntó Li-woo.

- Son maravillosas, me cayeron muy bien las tres - respondí.

- ¿Y como se llaman? - preguntó papá.

- Bueno, la dueña de la casa es Jennie Kim, y vive allí junto a su hermana menor Kim Yeji, y su mejor amiga Park Joy - dije - Las dos primeras son huérfanas - hablé mientras bajaba mi rostro con pena - ¿Quien se atreve a abandonar a tales ángeles?

- Pobres niñas - habló mi madre apenada - De seguro les duele mucho hablar de ese tema.

Yo asentí mientras seguía comiendo.

Nunca había hablado con unas desconocidas, y estas me cayeron muy bien, me hablaban bien y también con su personalidad agradan demaciado.

Me dieron pena al explicarme porque son huérfanas. La mujer que se atrevió a dejarlas es una desgraciada.

Kim Li-woo

Después de que Irene mencionara esos nombres, estaba por pararse mi corazón. Esas chicas me sonaban de algo,... No, no, no solo es mi imaginación.

Me levanté de la mesa y me dirigí al baño a lavarme la cara, si no lo hacía acabaría desmayandome. Cojí mis pastillas y me dirigí a la cocina a por un vaso de agua.

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