Mi chico con aroma a café [ShinDeku]

11 •Catarsis•

La vida es sin dudas el mayor experimento poblacional, puedes ser un conejillo de indias de alguien más o ser el que dirige la actividad experimental.
En mi caso, me consideraba únicamente un observador, alguien que fluye esquivando las presiones sociales; pero, por primera vez, quiero formar parte de las variables que pueden cambiar los resultados.

Quiero ser quien pueda cambiar tu realidad, Izuku.

Me quedé cerca hasta que dejaste de tocar, era demasiado tarde las luces de la ciudad iluminaban las oscuras calles mientras tu desesperadamente contabas las monedas que habían en el viejo sobrero que tomaste del suelo, vi una clara expresión de alivio cuando terminaste de contar, supuse que tenías la cantidad que ese infame tío tuyo te exige.

Mi cuerpo entero vibraba de impotencia, no puedo entender las dinámicas familiares normales completamente, pero estoy seguro que no es de ese modo en que se ayuda a un familiar cercano... La palabra "aprovecharse" quedaría mejor.

Entre pensamientos y conclusiones caminé de regreso a la cafetería donde tuve un reencuentro con mi realidad, Aizawa ya había cerrado y me esperaba afuera con el rostro más expresivo que he visto en él, pude notar su preocupación y enojo en iguales proporciones. Tragué saliva antes de llegar a su lado.

—P-papá, lo siento.

—Vamos, me contarás en el auto.

Genial, otra plática que saldrá mal. Asentí con la cabeza resignado y caminé junto a él hacia el vehículo. En ese momento mis manos temblaban y no sabía si era por el frío del ambiente o que realmente estaba nervioso. 

Las calles parecían ajenas a mi tormentosa actividad neuronal, multitudes dispersas y oscuridad silenciado el ambiente. Pensé tanto en cada aspecto relacionado a la persona que con una simple sonrisa había entrado tan profundo en mi "corazón" o más bien que desencadena en mi una oleada de neurotransmisores responsables de la felicidad, misma que provocas en mi cada vez que te veo en la cafetería... y que pierdo al notar que sufres y no sé como ayudarte, Izuku.

La imagen lamentable que proyectaba fue sin dudas el motivo para que Aizawa solo suspirara y manejara en silencio dándome mi espacio, sabía que la conversación se daría, pero agradecí tanto que no fuera mientras aún me sentía tan inestable.

Solo Izuku puede lograr sacarme de mi estoica actitud.

...

Una humeante taza de café y los profundos ojos negros de Aizawa fueron los encargados de hacerme hablar. Rogué porque mi interlocutor pudiera captar el mensaje entre líneas y no necesitase que dijera las cosas directamente, pero al fin de cuentas, mi padre, es tan malo expresándose verbalmente que exigió algo mejor y consizo.

–Entonces... ¿Dices que Izuku trabaja después de salir de la cafetería?

–Sí.

–¿Y qué es porque su tío lo obliga?

–Exacto– Por fin, nos estamos comprendiendo, pensé.

–Y tú lo persigues para vigilarlo... ¿Por qué? Esa es la parte que aún no comprendo.

Mi rostro no era capaz de mostrar los estragos que esa respuesta causa en mi interior, mis neuronas reacias a procesar la pregunta parecían entrar en apoptosis una a una hasta que la última dejara de existir y sólo quedará de mi un cascarón vacío incapaz de proferir pensamientos y más importante aún, de sentir vergüenza por declararme absolutamente gay, ante el hombre que me adoptó. Pero como todo en la vida, llega el momento en que tienes que respirar profundo y soltar el hecatombe y esperar los daños para analizarlos y vuantificarlos, así que solo me quedaba ser honesto.

–Izuku es muy importante para mí... No... No solo como amigos, él... – Al carajo, las palabras se atoraban en mi garganta, pero si no tenía el valor para esto, menos podría declarárselo directamente o  luchar por ayudarlo.

–Él me gusta... del modo romántico.- Listo, fue como una catarsis, en la que expresé con palabras el mayor secreto del universo (al menos de mi universo).

El rostro de Aizawa no mostró ningún cambio, mientras yo sentía que toda la sangre de mi cuerpo quemaba en mis mejillas. Unos segundos después de decirlo, por fin vi como la ceja derecha del peli negro subía por su frente, eso era ¿asombro? ¿Incertidumbre?

–Bueno... Creo que eso nos llevará a otra plática un poco más... Vergonzosa. Pero de momento, no tengo ningún problema con que él te guste. Es un buen muchacho. Lo que sí me preocupa es que te involucres en algún problema con ese tío que tiene, pero no estas solo, te ayudaré, incluso Mic estoy seguro que estará encantado de ayudarlo, Midoriya le agrada mucho...

Ni siquiera el café espeso y relajante, podría haberme dado el alivio que esas palabras causaron en mí.

Ya solo necesito verte sonreír Izuku, y todo estará bien.

Me aseguraré de que todo esté bien.

Un siglo después... ¡Lo sientoooo! Tengo muchas ideas en la cabeza y a veces se me congestiona la inspiración xd