Cap 4: Sasuke Uchiha II

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Lo habían estado siguiendo por días, lo sabía. Cuando quiso hablar, desilusionar, a loca fan que seguramente estaba atormentado su pacífica vida, se llevó una gran sorpresa.

La próxima líder del clan Hyuga, lo había estado siguiendo.

¿Debía decirle a la Hyuga mayor? ¿A Shino? No quería tener problemas con el chico raro. Sabia que esos dos habían iniciado una relación hace poco.

¿Qué debía hacer? No quería escándalos, suficiente tenia con el hecho de estar bajo vigilancia de la fuerza de interrogación y tortura. Además, tenía prohibido usar la fuerza, su sharingan mejor dicho, por lo menos seis meses, no podía herir a nadie.

No quería dos clanes tras él, no, tres clanes con el maldito de Inuzuka. Maldito perro.

¿Era mucho pedir una vida tranquila? ¿Desde cuándo se había vuelto tan blando? Por él mataría a medio mundo, pero joder, no quería mas problemas. Ya tenía suficiente.

– necesito tu ayuda – fue lo primero que dijo al entrar en la oficina del jefe de la fuerza de interrogación y tortura.

– hola Sasuke, ¿cómo estas? –

– deja el sarcasmo no te queda –

Ibiki Morino dejo los documentos sobre su escritorio, recostándose sobre su silla. Cuando el Uchiha empezaba hablar, no había quien lo parara, quien lo diría ¿verdad? Tan serio y callado que se ve.

– ¿qué se te ofrece? –

El Uchiha se cruzó de brazos, mirando intensamente a Ibiki, y procedió a contarle lo sucedido.

Lo primero que pensó ni bien el Uchiha terminó su relato fue: ¿debía reírse? ¿Darle sus condolencias? ¿preguntarle qué flores quería en su funeral? No tenía idea de qué hacer. ¿Qué esperaba que hiciera él?

– ¿qué me recomiendas hacer? –

– ¿ignorarla? – sin duda fue más una pregunta que una respuesta clara.

– ... si, me desentenderé del tema... jamás la vi, jamás te dije algo... sino dire que estas enamorado de la Hyuga mayor –

Sin esperar respuesta el Uchiha se paró y se fue.

« loco bastardo »

El uchiha era un caso, uno que quería mantener alejado. Pero el tipo al parecer no quería mantenerse alejado. Siempre estaba merodeando por aquí y por allá, tal vez quería unirse a las fuerzas de interrogación. Admitía que el tipo era bueno en eso, pero no tan bueno como Inoichi.

« Inoichi »

La guerra se había llevado tanto. Tantas personas que no debían morir, y otras que esperaban la muerte no les paso nada. Personas como él por ejemplo.

– Ibiki-taicho –

¿Por qué ella siempre aparecía cuando él se hundía? Como si ella supiera que la necesita.

« tan hermosa »

Estuvo tentado a darse un buen puñetazo al pensar eso. Pero se abstuvo, primero porque asustaría al pequeño ángel frente a él, segundo porque, muy a su pesar, debía admitirlo, ella era hermosa. Desde que cambio su vestimenta, su actitud, se había vuelto aún más hermosa.

– ¿Qué sucede? –

Su frialdad y rudeza flaqueaban ante ella. Esas eras unas de las razones por las que el Uchiha, casi siempre, se burlaba de él. Ese imbécil se daba cuenta de todo.

Entonces si él se había dado cuenta, aquellos ojos que todo lo ven ¿también? ¿Ella sabía de aquella atracción extraña que sentía?

Diablos.





Camino desinteresado y aburrido, como si no supiera que la pequeña fantasma lo estaba siguiendo.

Si, definitivamente lo mejor era ignorarla.

Él no quería escándalos, y además esa niña, definitivamente, no era de sus gustos. Prefería ignorarla a herirle el corazón, y sobre todo tener a esos malditos clanes tras él. No desertaría de nuevo, no por ahora.

« a ese tipo le habrá gustado la sorpresa... seguro que si »

Después de salir de la oficina de Ibiki, se había encontrado con la Hyuga. Él simplemente dio un empujón; le dijo a la Hyuga que Ibiki la necesitaba. Y no es como si estuviera mintiendo, el imbécil tenía esa cara rara que ponía a veces. Necesitaba a la Hyuga.

Esos imbéciles realmente necesitaban un gran empujón. ¿Cómo demonios no se daban cuenta de lo que sentían? Todos en la maldita base ya lo sabían, o al menos lo intuían. Porque diablos eran la maldita división de inteligencia, inteligencia, y si no lo habían notado, no sabía que hacían esos idiotas trabajando allí.

¿Debía gritarles en la cara que había una tención sexual a su alrededor?

...

Na, él no estaba para eso, no era un maldito casamentero. Seguramente alguien se apiadaría de esos dos, y los ayudaría. 

Misión: Encotrar un novio a Hinata-nee-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora