Capitulo 4.

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-Te juro...que te mataré. Cortaré tu cuerpo...en pequeños trocitos...y se los daré de comer al perro...-Habló Thomas entrecortadamente con la mano en el pecho,tomando bocanadas de aire como podía.

-No tienes perro...idiota-Contesté asfixiada y sin aire.

-Mis vecinos si-Se incorporó y su rostro fue cogiendo un poco más de color.

Esta mañana como es usual,salimos tarde de mi casa. Eso no supondría ningún problema si no nos hubiera perseguido un perro rabioso hasta el instituto. Con seguridad sé que corrimos más que ningún otro coche,podríamos haber ganado cualquier maratón a ese paso.

-Ese maldito perro estaba poseído-Eché mi cabello hacia atrás y me incorporé caminando por los pasillos del instituto. De lo rápido que habíamos echado a correr llegamos faltando cinco minutos para que cerrarán las verjas. Al menos nos ahorramos el tener que saltarlas.-Quería nuestra sangre,sus ojos lo decían todo.

-Anda,vamos a clase y seamos puntuales por una vez en nuestra vida-Habló esta vez Tyler y caminamos hasta la clase de trigonometría.

Christina estaba sentada en su mesa coloreando un llamativo cartel. No me molestaría en preguntarle porque puesto que lo que ella hacía nunca tenía razón ni logia. Ya me había cansado de buscar explicación al tremendo retraso que tenía esta chica.

Dejé mi mochila en el suelo y saqué los libros. Una vez que tenía todo lo que necesitaba en mi mesa me incliné hacia delante y toqué el hombro de Christina. Ella murmuró algo que no logré comprender y siguió con su tarea mientras gesticulaba de una forma extraña.

Decidí dejarla en su tarea y busqué a Tyler y Thomas. Ellos hablaban en sus respectivas mesas sin haberse dado cuenta ni de mí ni de la llamativa cartulina de mi amiga. Arranqué una hoja de papel del cuaderno,la hice bola y se la tiré a Tyler a la cabeza. Ambos se giraron a verme y les sonreí inocentemente.

-Háblenme. Me aburro aquí sin nadie con quién hablar-Protesté y ellos acercaron sus sillas a mi mesa.

-¿Qué esta haciendo Chris?-Preguntó Thomas y yo levanté los hombros. El profesor llegó en ese instante y los chicos tuvieron que volver a sus asientos.

Llevábamos unos quince minutos de clase cuando el profesor al fin se percató de la falta de atención de Christina.

Toda la clase se quedo en silencio pero ella al parecer ni lo había notado. El profesor se detuvo enfrente a su asiento y empezó a aplaudir. Confundidos,todos comenzamos a aplaudir al igual y Christina se puso el rotulador en la boca y golpeó la mesa mientras que con la otra seguía coloreando. Reí y negué con la cabeza. Eso había sido para que de una vez por todas prestara atención a la clase y ella había pasado olímpicamente de ello. Esa era mi Christina.

-Señorita Evans-Finalmente,Christina levantó la cabeza y se dio cuenta de que todos la miraban.-¿No le parece interesante mi clase?

-Eh...-Dudó unos segundos y luego se cayó de golpe. Sabía que quería soltar un sublime si,pero se había contenido. Buena elección.

-Así debe de ser para que esté más interesada en ese cartel que en ella-El profesor se cruzó de brazos y Christina recogió todo en un momento,sacó los libros de trigonometría y aparto la cartulina a un lado.-Eso está mejor,de igual forma la veré en el aula de castigo al salir de las clases. Ya sabe,para repasar todo lo que no estuvo escuchando durante la clase-El profesor giró sobre los talones y siguió con su clase. Christina soltó un enorme bufido y se giró a verme.

-Podrías haberme avisado que el dinosaurio se acercaba-Ladró y yo la fulmine con la mirada.

-¿Bromeas? ¡Todos mis lápices está por tu mesa! ¡Te los he arrojado todos!-Confirmó lo que le decía,mas no dijo nada al respecto.-¿Se puede saber que es esa cartulina que tan concentrada te tenía?-Me dio una sonrisa y supe que no era nada bueno.

Pokémon »Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora